En la comarca Camino a San Isidro de Bolas, en Managua, la falta de educación que tuvo un menor de apenas 10 años lo obligó a que realice asaltos y a su corta edad se ha convertido ya en el azote delincuencial del lugar, siendo alguien temido pues aseguran que en un abrir y cerrar de ojos como por arte de magia entra a las viviendas y arrasa con todo.
Uno de los atracos que llamó poderosamente la atención y que a como dice el dicho "lo agarraron con las manos en la masa", sucedió este lunes, de la Iglesia Cristo del Obrero dos cuadras al sur, en la pulpería de doña Isabel Lanzas de 49 años de edad, humilde mujer que tiene su negocio en el que además ayudan sus hijos e hijas. Una de ellas solo fue el patio a traer una camisa y al regresar el menor ya estaba cargado con varios productos, todo ascendido a un precio menor a los cuatro mil córdobas.
La joven Johana López Lanzas, hija de la propietaria, muy nerviosa por lo sucedido dijo a Crónica TN8 que ella al regresar del patio y entrar al negocio, el menor ya estaba intentando huir, por lo que empezó a gritar pidiendo ayuda, llegando vecinos quienes de inmediato detuvieron al menor de 10 años. Éste dijo que no le importaba lo que hicieran con él, también sin ningún temor dijo que era la segunda vez que entraba al negocio, pero que desgraciadamente había sido descubierto.
Y como poseído con una sonrisa pidió llamaran a la policía pues siempre minutos después lo dejan en libertad por ser un niño.
Según los quejosos este menor realiza robos no solo en su lugar de origen, el barrio San Judas, donde habita junto a sus padres, sino que en distintos puntos de nuestra capital. Según una fuente policial este chavalito no es la primera vez que es detenido por cometer delitos semejantes, por lo que ha sido llevado a distintos distritos policiales pero que por su corta edad minutos después es dejado en libertad nuevamente, volviendo a cometer sus fechorías.
Algunas personas vecinas de doña Isabel Lanzas piden a las autoridades superiores tomen cartas sobre el asunto y encarcelen a los padres del menor para que aprendan a educar a su hijo y así evitar criar a un criminal, que a este paso está a poco tiempo por cometer un asalto mayor, hasta puede ocasionar la muerte a alguien inocente.