Luis Alberto Pérez, originario del municipio El Ayote, fue asesinado de manera atroz por dos sujetos que supuestamente lo interceptaron para robarle tres mil córdobas que se había ganado en la finca donde trabajaba como chapeador de potreros.
El hecho ocurrió la noche del miércoles en la comunidad Las Breñas, jurisdicción de Bluefields, en la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur de Nicaragua, hasta donde había llegado en compañía de su esposa, hijos y otros familiares en búsqueda de trabajo y una propiedad para comprar y asentarse a vivir.
Santos Andrés Pérez era cuñado del occiso, quien relató que “a eso de las 7 de la noche llegamos a un bar de la zona, pero no tomamos licor, Yo (Santos), mi cuñado (el occiso) y un tercer acompañante mirábamos bailar a los presentes en el bar y cuando eran las 8 de la noche decidimos regresar a la casa”, relató Santos.
“Tomamos un camino corto entre potreros y maleza, al llegar a cierto punto entre un matorral vimos a dos hombres desconocidos y cuando estábamos pasando junto a ellos, vi que uno le tiró el primer filazo al finado y el otro hombre se me tiró enzima pero yo me corrí después a lo lejos yo escuche un disparo y regrese hasta en la mañana y ya encontré a mi cuñado fallecido” añadió Santos Pérez.
A unos metros del cadáver de Luis Alberto Pérez, lugareños encontraron desmayado el cuerpo de un sujeto del que no quisieron mencionar el nombre pero quien supuestamente presenta un impacto de bala en el abdomen, llamaron a la ambulancia de Bluefields y fue trasladado hacia el Hospital Regional Ernesto Sequeira Blanco.
Santos Andrés Pérez relató que el día del hecho el patrón o dueño de la finca les había adelantado tres mil córdobas que se le robaron, además se le llevaron un revólver calibre 38 con el que aparentemente el fallecido trató de defenderse disparándole a uno de sus agresores y que éste portaba de forma ilegal.
Otros testigos aseguraron que los cuñados, incluyendo a Luis Alberto, andaban en búsqueda de una finca para comprar y presumen que los presuntos autores hayan sido asaltantes y les querían robar más dinero, sin embargo estos no lo portaban en ese momento.
Extrañamente la escena del crimen no concuerda con lo que supuestamente pasó, ya que en varios metros de donde el cadáver fue encontrado hay rastros de lucha, la maleza majada y pertenencias que llevaban los supuestos víctimas, por lo que los peritos de la policía de Bluefields levantaron minuciosamente evidencias encontradas en el lugar, para posteriormente reconstruir la escena.
Varios machetazos en la cabeza, espalda y la mano derecha amputada en su totalidad le provocaron la muerte. El fallecido deja en la orfandad a cuatro niños y una viuda inconsolable.
Una de las principales pistas encontradas a la par del cadáver es un celular que ubicará a uno de los autores en la escena del crimen.