Cuatro jóvenes evangelizadores católicos fueron torturados y asesinados a tiros en el occidental estado de Michoacán. Los cuatro habían sido secuestrados el sábado pasado por un comando armado en el poblado de La Ruana, en el municipio de Buenavista Tomatlán, donde formaban parte del grupo evangelizador católico Arcoiris.
Los cuerpos de las víctimas, identificadas como Willibaldo Hernández, Adán Valencia, Jesús López Urbina y Jesús Ayala Aguilar, este último exintegrantes del grupo de Mora, fueron hallados cerca de una huerta en la comunidad de San Juan de Los Plátanos, en el municipio de Apatzingán.
Mora acusó al cártel de Los H-3, una organización que se infiltró en los grupos de autodefensa, de ser el responsable de los asesinatos. Los jóvenes, cuyos cadáveres tenían huellas de tortura. «eran gente de bien, gente trabajadora», dijo tras señalar que uno de ellos, Jesús Ayala, había perdido a su padre en el ataque perpetrado el 16 de agosto del 2014 por Los H-3 y en el que también murió su hijo Manolo.
Apenas el pasado 19 de septiembre fue asesinado a balazos el sacerdote católico José Alfredo López Guillén en el municipio de Puruándiro. En los primeros cuatro días de este mes suman ya 16 personas asesinadas a balazos en Michoacán, la mayoría en la región de Tierra Caliente. En Michoacán operan el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), los Caballeros Templarios, Los Viagras, Los H-3 y la Nueva Familia, entre otras pequeñas organizaciones dedicadas a la producción y tráfico de la droga sintética conocida como cristal.