La disposición del director del Conservatorio Castella, Roberto Montero, suscrita el 11 de agosto, levantó diferencias entre el personal docente porque según los quejosos ordenaba la revisión de la cabeza de los estudiantes.
La nota dirigida a los educadores guías de primaria y secundaria indicaba realizar un informe con el nombre y número cédula del estudiante que se detectara con piojos.
La nota en poder de esta redacción subraya que la solicitud fue hecha por el encargado de la Unidad de Vigilancia de la Salud de Heredia, ante la denuncia de padres que señalaban que existía un problema de piojos en el centro educativo.
Tres profesores se rehusaron a realizar la revisión respectiva y no suscribieron el informe solicitado por el director aduciendo que esa tarea no era de su competencia.
Por su parte Roberto Montero, director del Conservatorio Castella, subrayó que la solicitud no fue antojadiza de su parte, sino que surgió ante una denuncia presentada por algunos padres al área rectora de salud en Heredia.
Montero aclaró que en ningún momento ordenó la revisión de cabezas, sino que le reportaran la presencia de piojos en las aulas con el fin de realizar un reporte a salud.
La revisión de cabezas, al igual que pesar a un niño o tallarlo son prácticas que se han venido realizando durante muchos años, inclusive la revisión de su salud dental son acciones que se coordina con la Caja y el Ministerio de Salud desde hace muchos años, manifestó el director del Conservatorio Castella.
Según explicó Montero, a los profesores que no entregaron el informe se les envió un memorándum de recordatorio y una nota de amonestación por incumplir la disposición que no implica necesariamente revisar las cabezas.
Algunos docentes optaron por enviar un recado a los padres de los estudiantes para que les revisaran las cabezas y remitieran por escrito si habían detectado los parásitos, lo cual de acuerdo con Montero, fue una manera válida de cumplir con lo dispuesto por la dirección.