Condiciones de hambruna en el ex bastión de Boko Haram en el noreste de Nigeria podrían causar la muerte de 75.000 niños durante el próximo año si no reciben ayuda, dijo el jueves el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Unas 15.000 personas murieron y más de 2 millones fueron desplazadas durante una insurgencia de siete años del grupo militante islámico que fue forzado a retroceder a su bastión en la vasta selva de Sambisa, en el noreste del país, en los últimos meses.
La ONU ha pedido escoltas militares para los trabajadores humanitarios que intentan llegar a las zonas afectadas por la crisis, exacerbada por el aumento de los precios de los alimentos y escasas reservas de la última cosecha.
«Los 75.000 provienen de los tres estados: Borno, Yobe y Adamawa», dijo el portavoz de UNICEF, Patrick Rose, por correo electrónico en referencia al número de niños en esas áreas que podrían morir durante el próximo año.
La agencia dijo que 400.000 menores de 5 años podrían sufrir una aguda desnutrición en esos estados, que han sido los más afectados por la insurgencia, y que más de 4 millones de personas enfrentaban escasez de alimentos en la región.
UNICEF también dijo que había incrementado la suma de dinero solicitada para ayuda humanitaria para atender a los niños desnutridos en la región, donde los suministros de alimentos están cerca de acabarse, a 115 millones de dólares, más del doble de la cifra previa de 55 millones.
La agencia de la ONU dijo que hasta el momento recibió sólo 28 millones de dólares, lo que «presenta un grave obstáculo al plan de ampliar (el monto) de UNICEF«.