Los dos principales hospitales de la zona rebelde de Alepo fueron alcanzados el miércoles por bombardeos, un ataque que según activistas forma parte de una estrategia deliberada del régimen sirio para forzar la huida de los civiles.
Las Fuerzas Aéreas siria y rusa desarrollan desde hace una semana una intensa campaña de bombardeos de los barrios en manos de los insurgentes en el este de Alepo, destruyendo edificios residenciales.
La violencia de los bombardeos llevó al papa Francisco a lanzar «un llamado a la conciencia de los responsables de los bombardeos, que tendrán que rendirle cuentas a Dios».
El miércoles, hacia la 01H00 GMT, los dos hospitales más importantes del este de Alepo quedaron fuera de servicio, uno a causa de un ataque aéreo y otro por un tiro de artillería, según la Syrian American Medical Society (SAMS), una ONG médica con sede en Estados Unidos.
Un generador de uno de los dos hospitales quedó completamente destruido. Tres empleados resultaron heridos en el segundo hospital, incluyendo un conductor de ambulancia, una enfermera y un contable, informó el hospital.
«Ya sólo quedan seis hospitales activos, ahora que estos dos establecimientos están fuera de servicio», indicó Adham Sahlul de la ONG SAMS.
Ambos hospitales tienen unidades de urgencias y de tratamiento de traumatismos y ya habían sido bombardeados, según Sahlul, que calificó los bombardeos de «deliberados».
No se sabía con precisión si fueron aviones del régimen o los de su aliado ruso quienes llevaron a cabo el ataque.
Ambos dirigen una campaña de bombardeos en este sector de la segunda ciudad del país, que el ejército quiere reconquistar.
Más de 165 personas, en su mayoría civiles, murieron en los bombardeos desde el jueves 22 de septiembre, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
«Si hay una nueva ofensiva, eso significará la muerte para centenares de personas», advirtió Sahloul.
«La gente herida y los enfermos en un estado grave deben ser evacuados del sector este de Alepo«, declaró la ONG Médicos sin Fronteras.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) exhortó a «establecer inmediatamente corredores humanitarios para evacuar a los enfermos heridos».
El jueves pasado, al iniciar la ofensiva, la Fuerza Aérea siria había llamado a los habitantes del este de Alepo de dirigirse a las zonas controladas por el gobierno.
La mayoría de los habitantes en zona rebelde temen ser detenidos si van al oeste de la ciudad.
El miércoles, seis civiles murieron en un bombardeo de artillería del régimen cerca de una panadería, según socorristas.
«En el barrio de Maadi cayeron obuses de artillería al alba. Ví seis cadáveres», afirmó a la AFP un socorrista.
«Una ambulancia intentó retirarlos pero cuando intervino cayó un obus e hirió a socorristas», precisó la fuente.
El barrio de Maadi, uno de los más afectados, es blanco de la artillería gubernamental ubicada en la ciudadela de la Ciuda Vieja.
En la zona de Maadi se registran violentos combates desde la mañana del martes, según el OSDG.
El jefe de la organización Cascos Blancos Sirios (la defensa civil del territorio rebelde) advirtió en una entrevista a la AFP que el este de Alepo no «aguantará más de un mes» debido a la destrucción de los servicios municipales.