La caída de ceniza que expulsa el volcán Turrialba ha dejado consecuencias negativas en el río Toro Amarillo, ubicado en las faldas del coloso, pues las aguas del caudal se tiñeron de gris y a raíz de eso han muerto miles de peces.
Esta situación fue confirmada por el reconocido vulcanólogo Gino González, quien agregó que desde el sábado pasado recibieron esta información.
Precisamente este fenómeno, llamado lahares, se debe a que el polvo volcánico que se acumula en la parte alta del macizo es lavado por las lluvias hasta llegar al cauce.
Pese a que ya pasaron dos días, González, reconoció que al día de hoy el caudal se mantiene igual. El sábado teníamos reporte de peces muertos producto del lahares. El río sigue igual, porque se han presentado otras erupciones, dijo.
Asimismo el experto explicó que en el peor de los escenarios se podrían formar grandes cabezas de agua, pues el material sería igual de grueso que el barro. El río está contaminado por la ceniza, entonces, es natural que en este momento se generen estas cabezas de agua con lodo, finalizó.
Por su parte el río Aquiares ubicado en cerca del Turrialba también presenta esta problemática, pero en menor medida.
La acumulación de ceniza en ríos y quebradas cercanos al volcán Turrialba tiene preocupadas a las autoridades. Si los cauces se llegan a saturar, con la llegada de las lluvias podrían producirse deslizamientos e incluso una avalancha.
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE), continuará con el monitoreo de las quebradas y ríos que son afectados por la ceniza del volcán Turrialba.