Los egipcios deben unir fuerzas con su gobierno para impedir que se repita la tragedia de la semana pasada, afirmó el lunes el presidente, Abdul Fatá el Sisi, en referencia al naufragio de un barco en el que viajaban cientos de migrantes.
Al menos 170 personas murieron en el Mediterráneo cuando trataban de llegar a Europa.
En sus primeras declaraciones públicas sobre el suceso, El Sisi dijo que el gobierno no puede salvaguardar solo las porosas fronteras por mar y tierra.
«Como estado, junto con sus instituciones, estamos preocupados y comprometidos con salvaguardar nuestras fronteras e impedir esto, pero la sociedad debe contribuir al esfuerzo para que esto nunca se repita», afirmó.
El mensaje televisado del presidente se produjo poco después de que una fuente del Ministerio de Salud dijera que se habían recuperado un total de 170 cadáveres en el Mediterráneo, cinco días después del naufragio. La noticia elevó en ocho el recuento anterior de víctimas.
Se espera que la cifra de muertos aumente, ya que se cree que hay muchos cuerpos atrapados en el refrigerador de la embarcación, señaló la fuente, que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a informar a la prensa. Se cree que el barco ha quedado a 15 metros (49 pies) de profundidad, a unos 18 kilómetros (11 millas) de la costa egipcia.
British Petroleum enviará un barco con equipamiento especializado para ayudar a levantar el barco de 80 toneladas, según indicó a Associated Press el gobernador de la provincia de Beheira, Mohammed Sultan.