El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, admitió su incapacidad para poner fin a la brutal guerra civil en Siria, un conflicto que lo «persigue constantemente», pero insistió en que su rechazo a una intervención directa de Estados Unidos es correcto.
En una entrevista con la célebre historiadora presidencial Doris Kearns Goodwin, publicada el miércoles, Obama citó a Siria cuando le preguntó cuáles fueron las decisiones más difíciles que ha debido asumir durante sus casi ocho años en la Casa Blanca.
«Siempre hay cosas que pienso que podría haber hecho mejor», señaló el presidente, que en enero próximo abandonará su cargo tras dos períodos de gestión. «Pero no hay muchas situaciones en las que cuando miro hacia atrás me diga que la decisión que tomé o el objetivo perseguido hayan sido incorrectos», dijo.
«Un buen ejemplo de esto último es la situación en Siria, que me persigue constantemente», añadió.
Obama ha sido ridiculizado por su negativa a intervenir para poner fin a un conflicto que ha cobrado la vida de 300.000 personas, permitió a Rusia e Irán afirmar su poder en Medio Oriente y creó una crisis de refugiados que ha desestabilizado a Europa.
«Me pregunto qué podría haber hecho de diferente en estos últimos cinco, seis años» en Siria, remarcó.