La Unión Europea adoptó el martes nuevas normas que permitirán al bloque imponer vetos de viaje y congelar activos de colaboradores del grupo extremista Estado Islámico.
La iniciativa persigue también a combatientes extranjeros que entrenan o trabajan con la milicia radical.
La sanciones pueden imponerse a personas que planearon o perpetraron ataques, además de a quienes financiaron, apoyaron o reclutaron miembros para el grupo.
Los simpatizantes de EI de fuera de Europa no podrán entrar al bloque, mientras que los ciudadanos comunitarios que trabajen con los extremistas fuera de la UE solo podrán regresar a sus países de origen.
Hasta ahora, los 28 miembros de la UE solo podían imponer sanciones a personas y entidades señaladas por Naciones Unidas, o como países miembro actuando de forma independiente.