Al menos 28 personas murieron en una zona tribal del noroeste de Pakistán al detonar un kamikaze una carga explosiva ante una mezquita durante la oración del viernes, informaron responsables locales.
El atentado se produjo en Butmaina, en el distrito tribal de Mohmand, una zona fronteriza con Afganistán donde el ejército combate a los talibanes.
El kamikaze se hizo estallar en medio del rezo semanal «matando al menos a 28 fieles e hiriendo a otros 30», según un alto responsable de las autoridades tribales, Naveed Akbar.
Otro responsable gubernamental confirmó los hechos.
Un primer balance fijaba en 16 el número de víctimas mortales.
El atentado no fue de momento reivindicado pero los talibanes paquistaníes suelen atacar lugares poco protegidos, como tribunales, escuelas o lugares de culto.
El ataque fue condenado por el primer ministro Nawaz Sharif en un comunicado de su oficina, en el que asegura que «los cobardes atentados de los terroristas no doblegarán la determinación del gobierno en eliminar el terrorismo«.
El ejército lanzó en junio de 2014 una operación para desmantelar las bases de la miríada de grupos islamistas armados que operan en las zonas tribales, alimentando una insurrección que ha costado la vida a miles de civiles desde 2004.
Desde entonces, la seguridad ha mejorado en el país. Los atentados, menos frecuentes, siguen siendo no obstante sangrientos: un atentado suicida contra cristianos dejó 75 muertos el fin de semana de Pascua en Lahore (centro), y otro contra abogados causó 73 muertos el 8 de agosto en Quetta (sudoeste).
Estos dos atentados fueron reivindicados por una facción de los talibanes paquistaníes, Jamaat-ul-Ahrar (JuA).