El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, perdió una nueva batalla este viernes ante la justicia sueca, al serle denegada la anulación de la orden de detención en su contra desde 2010 y que le llevó a refugiarse en la embajada de Ecuador en Londres.
Por octava vez en seis años, un tribunal sueco desestimó un recurso del exhacker australiano para evitar la extradición de Reino Unido a Suecia por una denuncia de violación que se remonta a 2010.
Per Samuelson, uno de sus abogados suecos, anunció inmediatamente en un correo electrónico enviado a la AFP que recurrirían la sentencia del Tribunal de Apelación de Estocolmo ante el Tribunal Supremo de Suecia.
«Lamentamos que los tribunales suecos no tengan en cuenta la recomendación del grupo de trabajo de la ONU de poner a Assange en libertad», señaló.
Este informe, publicado en febrero, lo consideraba víctima de una «detención arbitraria». Los letrados ya perdieron en primera instancia un recurso basado en esta argumentación porque su cliente se podía sustraer a un eventual proceso.
La víspera de la decisión de la justicia sueca, WikiLeaks difundió elementos del expediente médico de Assange, que indican que su salud se degradaba en junio al empezar su quinto año de reclusión en la Embajada de Ecuador, confinado en una austera habitación de 18 m2.
«La salud mental de Assange puede deteriorarse con el tiempo si sigue en la situación actual», advierte WikiLeaks, que menciona también problemas dentales y en el hombro.
En su sentencia hecha pública el viernes, el tribunal reconoce que la lentitud del proceso y «la pasividad de los investigadores» suecos son «argumentos a favor» de retirar la orden de detención.
Pero insiste en que existe el «riesgo de que escape a un proceso judicial o a una condena» y señala que «los hechos de los que es sospechoso son relativamente graves, y el interés general es que la investigación prosiga».
Bestia negra de Assange, la fiscal sueca que instruye el caso de violación, Marianne Ny, celebró que el mantenimiento de la orden, al considerar que el riesgo de que no sea juzgado es «alto».
Después de meses de pulso con la justicia y la policía suecas, Ecuador acabó por aceptar que su invitado se sometiera a una audiencia, pero dirigida por un fiscal ecuatoriano, Wilson Toainga. El interrogatorio está fijado para el 17 de octubre en la Embajada de Ecuador en Londres.
35 años para Manning
Toainga «tomará la declaración en base a una cuartilla de preguntas remitida por el Ministerio sueco de Justicia (…) y procederá a tomar una muestra de fluidos corporales» si Assange está de acuerdo, según la fiscalía ecuatoriana.
La fiscal general sueca, Ingrid Isgren, y una funcionaria de policía, Cecilia Redell, fueron autorizadas a estar presentes, según la misma fuente. Estocolmo solicitó, sin conseguirlo, que realizaran ellas el interrogatorio.
Julian Assange rechaza con firmeza las acusaciones y denuncia una maniobra para extraditarlo a Estados Unidos, que quiere juzgarlo por la difusión de informaciones secretas.
Cofundador del portal WikiLeaks, Assange solicitó asilo a Ecuador para evitar una extradición a Suecia por temor a ser enviado luego a Estados Unidos. Ecuador le ha concedido asilo pero no ha obtenido que el Reino Unido se conceda un salvoconducto con el fin de poder abandonar la embajada.
La justicia estadounidense podría juzgar al ex hacker australiano por la publicación por WikiLeaks, en 2010, de medio millón de documentos clasificados como secretos de defensa sobre Irak y Afganistán y 250.000 comunicaciones diplomáticas.
El soldado y analista estadounidense Bradley Manning, principal fuente de los documentos secretos sobre Irak y Afganistán y los cables diplomáticos, fue condenado en agosto de 2013 a 35 años de reclusión por espionaje.
Lejos de rendir las armas, Julian Assange afirmó a finales de agosto que nuevos documentos relacionados con la candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, serían publicados antes de los comicios del 8 de noviembre, y podrían tener un efecto «importante» en la elección.