Un incendio forestal había arrasado unas dos mil hectáreas de terrenos en la selva central de Perú, aparentemente provocado por la práctica de una antigua tradición de quema de pastizales previa a la siembra, según los bomberos.
«Se calcula que son más de dos mil hectáreas de bosques primarios y montes los que se han consumido por accionar del fuego«, dijo a la prensa el comandante Carlos Sánchez, jefe de la Compañía de Bomberos del distrito de Kimbiri, perteneciente a la región de Cusco.
«Estamos trabajando muy duro y bajo condiciones extremas, pero se está tornando imposible controlar la emergencia, necesitamos equipo especializado para este tipo de incendios», manifestó Sánchez.
El incendio afecta a un sector dentro del VRAEM (acrónimo de los valles de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro) donde, además de vegetación, hay abundantes cultivos de café y cacao. Es, además, el mayor valle de siembra de hoja de coca del país. El VRAEM abarca territorios de las regiones de Junín, Cusco, Huancavelica, Ayacucho y Apurímac.
Según detalla el sitio de internet del diario Correo, el jefe de bomberos llamó a la población a evitar el denominado «rose» de terrenos, por el cual los mismos agricultores realizan quemas en el campo para acondicionarlo antes de una nueva siembra. Es frecuente que se pierda el control de esta antigua tradición -también practicada en Bolivia- y termine en tragedia.
En la región Junín -contigua a Cusco- el gobernador Ángel Unchupaico advirtió que el incendio afectó inicialmente a cinco comunidades del distrito de río Tambo, en la provincia de Satipo, y amenaza con extenderse a otras zonas, por lo que pidió al gobierno que intensifique la ayuda para controlar esta emergencia.
«Estoy desesperado por la amenaza que este incendio forestal, hasta ahora incontrolable, representa para la población y las áreas naturales cercanas», manifestó.
Según reportes de prensa, otros incendios forestales se registraban en distintas provincias de Cusco y en la región Ancash (norte).
En 2005, en el sector del VRAEM se registró un incendio forestal que arrasó más de 90.000 hectáreas de bosques y solo las lluvias pudieron controlarlo.