Las autoridades hondureñas anunciaron el jueves el arresto del sexto y último sospechoso del asesinato de la activista ambiental Berta Cáceres el pasado marzo.
Cáceres encabezó la defensa del río Gualcarque, en el oeste de Honduras, que es sagrado para la comunidad lenca, y su pelea tuvo éxito ya que consiguió bloquear la propuesta para construir una represa hidroeléctrica de Agua Zarca.
La activista, reconocida con el Goldman Environmental Prize por su trabajo para preservar la tierra, reportó amenazas de muerte del personal de seguridad de la empresa que desarrollaba el proyecto y fue baleada el 3 de marzo por pistoleros que entraron en su casa.
El último detenido fue identificado como Elvin Heriberto Rapalo Orellana, de 21 años y conocido también por el apodo «El Comanche«, dijo Ricardo Castro, director de la unidad de investigaciones delictivas en el país.
Orellana habría disparado y herido al activista mexicano que sobrevivió al ataque a Cáceres, explicó. Castro indicó que Orellana era el último sospechoso buscado por el homicidio, y agregó que los investigadores siguen trabajando para determinar quién ordenó la muerte de Cáceres.
Entre los otros sospechosos arrestados hay un oficial en activo del Ejército y al menos un hombre que trabajaba para un proyecto hidroeléctrico al que Cáceres se oponía. La fiscalía dijo en su día que los tres sospechosos detenidos en mayo trabajaron o eran empleados directos de Desarrollos Energéticos SA, o DESA, la empresa responsable del proyecto de la represa.
Hidroeléctrica Agua Zarca Co., gestionada por DESA, señaló que solo uno de los detenidos era trabajador de la firma y negó cualquier relación con la muerte de Cáceres.