Muerto y enterrado, pero no en su ciudad natal. Es el caso de un tomador consuetudinario que falleció en el Hospital Alfonso Moncada Guillén de Ocotal, donde fue atendido por un cuadro crítico de cirrosis hepática.
La alcaldesa de la ciudad Xiomara Tercero, dijo que según el expediente de ingreso al hospital el infortunado se identifico con el nombre de José Ramón Martínez, de 37 años, y dijo ser originario de la ciudad de Boaco.
Sin embargo, su identidad no logró ser confirmada por los funcionarios de la Alcaldía Municipal con el apoyo de la Policía Nacional y Cruz Roja, pero no se logró confirmar su origen y procedencia por lo que a lo inmediato se procedió a enterrarle en el cementerio de la localidad. Este es un compromiso haciendo una obra social para darle cristiana sepultura con dignidad y sabemos que en su momento aparezcan sus familiares, dijo Tercero.
La alcaldesa informó que José Ramón Martínez se encontraba en Ocotal participando de las fiestas de agosto, cuando buenos samaritanos lo trasladaron al hospital en estado complicado de salud donde permaneció durante aproximadamente una semana, pero a pesar de la atención que recibió de médicos y enfermeras no se pudo hacer nada falleciendo este jueves a las 4:30 de la tarde, recalcó.
Martín Antonio Sánchez Cálix, un compañero de tragos del occiso, manifestó que la última vez que lo vio fue en la barrera durante una corrida de toros pero él tomó demasiado y por eso ahora quedó sepultado, lamentó.
El pobre hombre se encontraba en Ocotal participando de las fiestas agostinas cuando su salud se complicó y a su ingreso en el centro de asistencia médica de referencia departamental solo llevaba en el bolsillo una pastillas de meneparol para el hígado y la cantidad de 60 córdobas.