Aunque la investigación en contra un hombre de apellidos Campos Mendoza, sospechoso de mutilar y decapitar a un niño de 8 años en Guácimo, apenas ha iniciado y se ha generado la duda sobre si su condena podría disminuirse o anularse si se llega a comprobar que el sujeto actuó bajo los efectos de una sustancia.
Esta incógnita ha surgido a raíz del hecho de que varios vecinos de la zona señalan que el sospechoso de 23 años es un reconocido drogadicto, quien suele estar consumiendo distintos tipos de psicotrópicos tenga una posible resolución.
El abogado penalista Rafael Rodríguez explicó que existe la posibilidad de que la pena del sospechoso sea reducida, o incluso anulada, si se comprueba que por el consumo de droga no estaba consciente de lo que hacía, tal y como lo señala el Artículo 42 del Código Penal.
Es el ejemplo clásico de aquella persona que se encuentra en un estado de drogodependencia, que se encuentra drogado o alcoholizado en el momento del hecho y que por esa condición puede darse la situación de que no tenga la capacidad cognoscitiva para saber lo que está haciendo, expresó.
En última instancia, se tiene que demostrar en el hecho de que efectivamente esta persona al momento en que suceden estos hechos se encontraba o drogado o con su capacidad disminuida, es decir que no tenía entendimiento de lo que estaba haciendo, continuó Rodríguez.
Rodríguez fue claro en que la defensa del sospechoso tendría que tener pruebas que de forma contunde certifiquen esto, de manera que el tribunal penal decida que hay una inimputabilidad o imputabilidad disminuida.
En el caso que se compruebe que el sospechoso actuó de forma consciente con alevosía y ensañamiento, este posiblemente sería condenado como mínimo a 35 años por el delito de homicidio calificado en perjuicio de Kendall Martínez de 8 años.