Italia celebra este martes funerales solemnes en Amatrice, el pueblo emblema de la devastación que el terremoto de la semana pasada convirtió en un cúmulo de piedras y ruinas.
El funeral de Estado ha sido programado a las 18H00 locales (16G00 GMT)y se llevará a cabo en la localidad más afectada por el terremoto, que lamenta la muerte de 230 personas de las 292 víctimas confirmadas hasta ahora.
Se trata del segundo funeral oficial después del celebrado el sábado en Ascoli Piceno y se realiza justamente en Amatrice a pedido de los mismos supervivientes, que protestaron ante la propuesta de trasladarlo a Rieti, la capital de la provincia.
Pese a las réplicas – más de 2.500 desde el primer temblor de magnitud 6,2 del 24 de agosto- y a las dificultades de acceso a la pequeña aldea, los habitantes desean despedir a sus muertos en su propia tierra.
«Los funerales de las víctimas del terremoto se llevarán a cabo en Amatrice, tal como solicitado por el alcalde y por la comunidad. Es lo justo», reconoció en un tuit el primer ministro, Matteo Renzi.
El alcalde de Amatrice, Sergio Pirozzi, pidió a las autoridades que tuvieran en cuenta el «dolor» de la población que en estos momentos «no quiere estar lejos de donde ha vivido su gente».
El obispo de Rieti, Domenico Pompili, celebrará la misa en presencia de Renzi, del presidente de la República, Sergio Mattarella y de la alcaldesa de Roma Virginia Raggi, entre otros.
Más de 80 romanos, que pasaban las vacaciones en la zona, perdieron la vida en el terremoto así como 11 rumanos, por lo que el primer ministro rumano, Dacian Ciolos, anunció que participará a la ceremonia.
Un funeral que contará con pocos ataúdes, ya que muchos han sido enterrados en forma privada. Algunos féretros, que habían sido depositados en un hángar del aeropuerto de Rieti, serán repatriados a Amatrice a pedido de las familias.
La fiscalía investiga
Después del duelo se van abrir las investigaciones judiciales para establecer quienes son los responsables, si los hay, de que edificios y monumentos se derrumbaran como castillo de naipes pese a las normas y medidas antisísmicas dispuestas desde hace varios años.
Tanto la fiscalía de Rieti, para el lado suroeste de la montaña y de Ascoli Piceno, para la ladera noreste, investigan por «desastre y homicidio involuntario», lo que podría conducir a personas físicas o jurídicas.
Paralelamente, las autoridades están trabajando para encontrar soluciones para los casi 2.900 damnificados que perdieron casi todo, un reto para Italia y sus gobernantes, que están movilizando expertos y arquitectos de manera de no repetir los errores del pasado, sobre todo lo ocurrido en L’Acquila en 2009.
«Debemos actuar rápidamente, pero aún más, tenemos que hacer las cosas bien y sobre todo involucrar a las poblaciones afectadas», explicó Renzi en su página de Facebook.
Renzi contactó al célebre arquitecto italiano Renzo Piano, autor con su equipo de más de 120 proyectos en varios continentes, incluyendo el Centro Pompidou de París y responsable también de la reconstrucción del auditorio de L’Aquila después del terremoto 2009.
La controvertida reconstrucción de L’Aquila, donde 65.000 damnificados fueron instalados en barrios nuevos construidos en la periferia, obligándolos a abandonar el casco histórico, una joya medieval, es considerado un ejemplo negativo, con sus tesoros artísticos aún en ruinas y sus cúpulas y torres que siguen reducidas a escombros siete años después.
Renzi también prometió que cada centavo que se emplee sea controlado para evitar la corrupción y la filtración de la mafia en obras tan costosas, que despiertan los apetitos de constructores sin escrúpulos.
Paralelamente, impresiona la generosidad de los italianos que han donado a través del teléfono móvil más de 10 millones de euros, mientras el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, que se encuentra de visita en Roma, anunció una donación de 500.000 dólares (446.000 euros) a la Cruz Roja Italiana a través de créditos para publicidad en su plataforma.