Excavadoras con enormes cazos y otra maquinaria pesada recorrieron con estruendo el domingo las calles de Amatrice, una localidad devastada por un fuerte terremoto que remeció el centro de Italia esta semana, retirando salientes peligrosos y escombros, mientras los investigadores intentan determinar si las negligencias en el cumplimiento de los códigos de construcción repercutieron en la elevada cifra de víctimas mortales.
Los investigadores se centrarán en una serie de estructuras, entre las que está una escuela primaria de Amatrice que se derrumbó por el sismo. En 2012, se invirtieron 700.000 euros (785.000 dólares) para reformar el centro y prepararlo contra este tipo de situaciones.
Además de causar 291 muertes y centenares de heridos, el sismo de magnitud 6.2 registrado en la madrugada del miércoles redujo a escombros tres localidades medievales del centro del país, destruyendo no solo viviendas particulares sino también iglesias y otros tesoros culturales con siglos de antigüedad.
Giuseppe Saieva, fiscal de la capital regional, Rieti, dijo que el alto número de víctimas «no puede considerarse solo obra del destino». Por el momento, explicó, investigadores de la policía se centran en las labores de recuperación, pero una vez que pase la fase de emergencia, se concentrarán en las pesquisas.
Los museos estatales del país, por su parte, impulsaron en una campaña de recaudación de fondos y donarán su recaudación dominical a las labores de ayuda y reconstrucción de la zona afectada.
La idea de los museos es utilizar el arte para el arte aprovechar la rica herencia artística del país para ayudar a recuperar y restaurar objetos de interés en los pueblos más perjudicados.
El ministro de Cultura, Dario Franceschini, pidió a los italianos «vayan al museo como señal de solidaridad con las personas afectadas por el terremoto«. La iniciativa está en Twitter bajo la etiqueta #museums4italy (#museosporItalia).
Esta es una de las iniciativas surgidas tras el movimiento telúrico para ayudar a la reconstrucción de los pueblos. Restaurantes del país, entre otros lugares, sirven el tradicional plato de pasta a la Amatriciana, el más famoso de la región, para recaudar fondos.
Amatrice se llevó la peor parte con 230 fallecidos y la localidad convertida en escombros. Otras once personas perdieron la vida en la cercana Accumoli y 50 más en Arquata del Tronto, a 16 kilómetros (10 millas) al norte.
La noche fue tranquila en la región, la primera desde el terremoto, ante la ausencia de sus potentes replicas. En total se registraron 1.820 réplicas, según el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología.
El sábado, dolientes rezaron, se abrazaron, lloraron e incluso aplaudieron al paso de los féretros de 35 de las víctimas del sismo durante un funeral de estado que se celebró en la ciudad de Ascoli Piceno.