Casi medio millón de niños en zonas afectadas por la insurgencia del grupo armado nigeriano Boko Haram podrían sufrir una malnutrición severa este año, una cifra que se ha más que duplicado desde principios de año, indicó el jueves la agencia de Naciones Unidas para la infancia.
Los años de conflicto han agravado la malnutrición en una zona que ya era una de las más pobres del mundo. En el nororiental estado nigeriano de Borno, 49.000 niños «morirán si no reciben tratamiento», dijo UNICEF en un informe.
«La crisis del lago Chad es una crisis infantil que debería ser prioritaria en la agenda sobre desplazados y migración global», afirmó Manuel Fontaine, director regional de UNICEF para África Central y Occidental. «Las necesidades humanitarias están superando a la respuesta, especialmente ahora que zonas antes inaccesibles en el nordeste de Nigeria se vuelven accesibles».
Los siete años de insurgencia de Boko Haram han dejado más de 20.000 muertos y más de 2,6 millones desplazados en Nigeria y las vecinas Camerún, Níger y Chad, a donde los extremistas han extendido sus ataques en los últimos años.
Se teme que otros 2,2 millones de personas, aproximadamente la mitad de ellas niños, estén atrapadas en zonas bajo control del grupo extremista, dijo la ONU.
La agencia dijo haber recibido apenas un 13% de los 308 millones de dólares necesarios para ayudar a las familias afectadas por la violencia en la región.
Todos los países que rodean al lago Chad contribuyen a una fuerza multinacional para combatir a Boko Haram, y que ha hecho avances ante los insurgentes, que el año pasado juraron lealtad al grupo radical Estado Islámico.