Un análisis preliminar muestra que se realizó poco esfuerzo para identificar cadáveres que fueron enterrados por funcionarios de gobierno en una fosa común en el estado de Morelos, en el centro del país, dijeron el martes académicos y activistas de derechos humanos.
Roberto Villanueva, de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, señaló que de los 117 cuerpos exhumados en junio, sólo aproximadamente la mitad tenían etiquetas legibles que podían vincularlos a los archivos de sus casos.
Villanueva dijo que la manera descuidada en que las autoridades estatales dispusieron de los cadáveres no identificados dificulta mucho más, si no es que imposibilita, descubrir alguna vez sus identidades y dar aviso a sus familias. Muchos fueron enterrados con ropa o joyas que pudieron haber ayudado en su identificación.
Graco Ramírez, gobernador de Morelos, utilizó su cuenta de Twitter para criticar el «total descuido» en tales labores.