La guardia costera griega rescató el viernes a docenas de migrantes después de que el barco que viajaban encalló en un islote desierto en la costa suroeste del país, a cientos de kilómetros (millas) del punto de llegada habitual para quienes quieren entrar en la Unión Europea.
La embarcación transportaba a 70 personas y encalló durante la noche en el pequeño islote de Sapientza, ante el extremo suroccidental de la península del Peloponeso. La inmensa mayoría de los migrantes y refugiados que llegan a Grecia lo hacen a sus islas del Egeo oriental, a solo unos kilómetros de la costa de Turquía.
Barcos de la guardia costera rescataron a los migrantes el viernes por la mañana para trasladarlos a territorio continental, donde serán registrados. No estuvo claro de inmediato en qué tipo de embarcación viajaban, de dónde habían zarpado o a dónde se dirigían.
Por otra parte, 261 migrantes o refugiados llegaron a las islas griegas en 24 horas, entre el jueves y el viernes por la mañana, según mostraron datos del gobierno. Esto supone un incremento con respecto a las últimas cifras, que oscilaban entre unas cuantas docenas a unas 150 personas por día.
De los que arribaron a suelo griego en las últimas 24 horas, 139 personas lo hicieron a Lesbos, en el Egeo oriental. El resto llegó a las costas de Chios, Samos, Leros y Karpathos.
Con estos datos, la cifra oficial de refugiados y migrantes varados en Grecia sobrepasa las 58.000 personas.
El año pasado, Grecia fue el principal punto de entrada a la UE para cientos de miles de personas que buscaban una vida mejor en los países del centro y el norte de Europa. El acuerdo alcanzado el pasado marzo entre Bruselas y Turquía, además del cierre de las fronteras en las naciones de los Balcanes, provocaron una drástica caída en el número de llegadas.
Los que alcanzan ahora suelo griego procedentes de Turquía pueden enfrentarse a la deportación a menos que Atenas acepte su solicitud de asilo. Aunque el acuerdo limitó el flujo migratorio, las travesías siguen produciéndose y unas 11.000 personas están varadas en las islas del Egeo, la mayoría en campos de detención abarrotados.