Una de cada cuatro mujeres residentes en la llamada «cintura de platino», de Sudáfrica, la zona minera del norte del país, ha sido violada en algún momento de su vida, revela un estudio de Médicos Sin Fronteras (MSF) publicado el martes.
A finales de 2015, MSF llevó a cabo una investigación de dos meses en la que entrevistó a 800 mujeres de entre 18 y 49 años de la región de Rustenburg, al noroeste de Johannesburgo.
«En esta investigación descubrimos que una mujer de cada cuatro había sido violada en Rustenburg«, resume a la AFP Garret Barnwell de MSF.
«Lo que nos marcó realmente fue la frecuencia: puede decirse que unas 11.000 mujeres son víctimas (de violación) cada año«, afirma.
«Para numerosas mujeres, la violencia sexual se ha convertido en parte integrante de su vida cotidiana. La violencia, es su rutina», explica Rosina Palai, una trabajadora sanitaria citada en el informe.
El documento muestra también que solo el 5% de las mujeres violadas han acudido posteriormente a un centro de cuidados. Este débil porcentaje se explica en parte por la vergüenza, según Barnwell, pero también porque a las mujeres les cuesta confiar en el personal médico.
«Aquellas que han sobrevivido a la violencia sexual, se enfrentan a otros obstáculos para curarse: el rechazo de la comunidad juega también un rol importante y hay pocas posibilidades de acceso a centros de cuidados bien equipados y especializados en violencia sexual», afirma el informe.
Solo la mitad de las mujeres entrevistadas sabían que la contaminación del sida podía evitarse con el acceso a un tratamiento anti-VIH justo después de la violación.
Se estima que en Sudáfrica, 6,2 millones de personas viven con el VIH, en torno al 11,2% de la población.
Los resultados de la investigación son «chocantes pero no inusuales», en un país donde la violación está ampliamente extendida», analiza MSF.