Una niña paquistaní de 11 años cayó a un río el martes cuando trataba de hacerse un selfie y se ahogó, al igual de sus padres cuando trataban de socorrerla, anunciaron la policía y la administración local.
La tragedia se produjo en el Kunhar, una corriente de agua que atraviesa la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, cerca de la aldea de Beesian, una zona turística montañosa a 200 kilómetros al norte de Islamabad.
Este río, profundo y turbulento, es muy apreciado por los aficionados al descenso en aguas bravas.
«La niña intentaba hacerse un selfie junto a la orilla y resbaló«, explicó un policía, Arshad Khan. Otros turistas presenciaron el accidente.
La madre saltó al agua para tratar de salvarla, pero fue arrastrada por la corriente. «Al ver a la vez a su esposa y su hija ahogarse, el padre se lanzó a su vez al agua, pero también falleció«, añadió Khan.
Los cuerpos de la madre y la hija fueron recuperados, mientras que el padre aún no ha sido encontrado, continuó.
Ambos progenitores eran médicos en la provincia del Punjab y estaban de vacaciones. Tenían otros dos hijos, una niña de nueve años y un niño de seis, presentes durante el accidente.
«Ambos están bajo la protección de la administración local y serán confiados a sus parientes en cuanto estos lleguen», precisó.
Un responsable local señaló que las autoridades habían dispuesto carteles desaconsejando aproximarse al río, donde cada año se ahogan varias personas, especialmente turistas «venidos de fuera que no se dan cuenta de la profundidad».
Con la expansión del uso de los smartphones, cada año mueren más personas tratando de hacerse selfies. En el último mes y medio, dos turistas, un surcoreano y un alemán, murieron en Perú mientras trataban de sacarse una foto.