El jefe del grupo Estado Islámico (EI) en Afganistán y Pakistán, Hafez Saif, murió en julio durante un bombardeo estadounidense en la frontera entre ambos países, informó este viernes un alto funcionario del Pentágono.
«Le dieron», afirmó este alto funcionario, que se expresó bajo condición de anonimato antes del anuncio oficial.
La muerte de Hafez Said representa un duro golpe para el grupo yihadista, que intenta consolidar su presencia en Pakistán y Afganistán.
Las autoridades afganas habían erróneamente afirmado que este jefe del EI había resultado muerto en julio de 2015, luego de un ataque estadounidense contra decenas de cuadros del EI en la provincia de Nangarhar, cerca de la frontera con Pakistán.
Ese bombardeo tuvo lugar menos de seis meses después de otro que costó la vida a Abdul Rauf Khadim, sospechado de ser el número dos del EI en Pakistán.
Hafez Said había sido designado a comienzos del año pasado jefe de la «provincia de Jorasán», que abarca Afganistán, Pakistán y porciones de territorio de países vecinos.
Desde entonces numerosos afganos se han sumado al EI.
La mayor parte de las tropas de la OTAN han abandonado Pakistán, dejando la responsabilidad de la seguridad interna a las fuerzas locales, que continúan apoyándose, sin embargo, en la fuerza aérea y los asesores estadounidenses y encuentran serias dificultades para controlar las ofensivas yihadistas.