El cableado defectuoso en un jacuzzi fue el responsable de provocar uno de los incendios forestales más devastadores en la historia de California, en el que cuatro personas murieron y más de 1.300 casas quedaron destruidas, informaron el miércoles las autoridades estatales.
El Departamento de Bosques y Protección contra Incendios de California difundió un detallado reporte sobre la causa del incendio forestal de 310 kilómetros cuadrados (120 millas cuadradas) que devastó una gran porción del condado Lake y partes del condado Napa, a unos 145 kilómetros (90 millas) al norte de San Francisco, en septiembre de 2015.
Los investigadores indicaron que el cableado del jacuzzi en la propiedad de John y Cindy Pinch en Cobb, California, «no estaba instalado de acuerdo a los códigos de construcción».
Los dueños de la propiedad están siendo ahora investigados por posibles cargos delictivos y por si son responsables de alguna parte de los 57 millones de dólares que costó extinguir el incendio.
Los Pinch no respondieron el miércoles una llamada telefónica de The Associated Press buscando su comentario.
El jefe de bomberos de California Ken Pimlott dijo que se requería un permiso de construcción cuando el propietario John Pinch instaló la bañera de hidromasajes usada en 2009.
«No hemos encontrado un permiso en el archivo», señaló Pimlott el miércoles en una conferencia de prensa en el condado Lake.
Pimlott dijo que investigadores están discutiendo con el fiscal general del estado si los propietarios serán demandados.
Don Anderson, fiscal de distrito del condado Lake, dijo en la conferencia de prensa que está revisando el reporte e iniciando una investigación para determinar si se deben presentar acusaciones criminales.
«Eso es muy difícil de responder principalmente porque no he leído el reporte», señaló Anderson. «Estamos implicando cuatro muertes y eso podría representar todo un ámbito de actividad criminal. Obviamente hubo destrucción de mucha propiedad».
El incendio fue el tercero más devastador en la historia del estado y provocó el desalojo de miles de residentes.
El fuego ardió durante más de dos semanas, y condiciones de viento y sequía hicieron que los días iniciales fueran especialmente aterradores. La primera víctima fatal confirmada fue Barbara McWilliams, de 72 años, quien padecía esclerosis múltiple avanzada y utilizaba una silla de ruedas.