Cabecillas de la Mara Salvatrucha tenían planeado crear «grupos élites» para desestabilizar y contrarrestar los efectos de las medidas extraordinarias implementados por el gobierno salvadoreño.
Armar y entrenar a 500 pandilleros para crear grupos élites similares a grupos de sicarios, compra de armamento de guerra, entre los cuales sirvan para derribar helicópteros, atentados selectivos y simultáneos, son parte de las acciones terroristas que contemplaba un plan de desestabilización económica y de seguridad pública que elaboró la mara Salvatrucha (MS) para contrarrestar los efectos de las medidas extraordinarias que comenzaron a ser implementadas el 28 de marzo pasado por el Gobierno para frenar los altos índices de homicidios causados por las pandillas, según información recabada a través de las escuchas telefónicas a los cabecillas de esa agrupación ilegal.
De acuerdo al requerimiento presentado por la Fiscalía General de la República de El Salvador en contra de 78 personas acusadas de integrar la red financiera de la Mara Salvatrucha, los cabecillas que gozan de libertad se reunieron en abril pasado en un rancho de Apulo, Ilopango, para analizar los efectos que estaban teniendo las medidas excepcionales del Gobierno en los cabecillas que están recluidos en el sistema penitenciaria.
Entre los cabecillas que participaron de esa reunión se destaca Marvin Adaly Quintanilla Ramos, Leonel Alexander González Leonardo, Pedro Benjamín Rivas Zelaya y Juan Antonio Martínez Ábrego, entre otros.
Las medidas que impulsa el Gobierno, desde el 28 de marzo pasado, en el sistema penitenciario comprendieron el traslado de los jefes de la referida pandilla a penales con regímenes de mayor seguridad, el bloqueo de la señal telefónica en los alrededores de los reclusorios, la restricción de las visitas familiares y conyugales, entre otras medidas.
La información recabada por la Fiscalía General a través de las intervenciones telefónicas detalla que éstos cabecillas decidieron reducir las cifras de los homicidios, creyendo que así, el Gobierno iba a ceder y por lo consiguiente suspender las medidas.
Para ello, los jefes de la Mara Salvatrucha acordaron que anunciarían junto a los cabecillas de la 18, la reducción de homicidios.
En contraste a lo anterior, los cabecillas de la Mara Salvatrucha en libertad elaboraron un plan de desestabilización del Gobierno que ellos llamaron proyecto de la mara con el que pretendían armar y entrenar a no menos de 500 pandilleros a nivel nacional para formar lo que ellos denominaron grupos elites que les permitiera aumentar sus acciones terroristas, ya sean individuales o colectivas, pero que tenían que causar un gran impacto al sistema.
La Fiscalía señala a Quintanilla Ramos como uno de los principales gestores del plan proyecto de la mara que comprendía planes terroristas implementados por la Mara Salvatrucha en el país.