Un niño de 10 años murió decapitado cuando se deslizaba por un tobogán de 51 metros (168 pies) en un parque acuático en Kansas, reveló el miércoles una persona familiarizada con la investigación.
La fuente, quien no está autorizada para hablar sobre la muerte del menor, dijo a The Associated Press que Caleb Schwab fue decapitado el domingo en el gigantesco tobogán «Verruckt» del Parque Acuático Schlitterbahn, en Kansas.
Según el libro de los récords Guinness, este tobogán de agua es el más alto del mundo.
Al momento de morir, el niño, hijo de un legislador de Kansas, estaba en el tobogán con dos mujeres que no eran sus familiares. Las mujeres recibieron atención por heridas en el rostro.
Un portavoz del parque acuático rehusó hablar el miércoles sobre la tragedia.
Al menos dos personas que se deslizaron recientemente en «Verruckt«, que en alemán significa «loco«, han dicho que los tirantes para los hombros se soltaron durante el deslizamiento. No está claro si los cinturones de seguridad tuvieron algo que ver en la muerte de Schwab. La policía y Schlitterbahn no han dado más detalles.
El parque dijo el martes que «una parte limitada» del parque reabriría el miércoles pero que «Verruckt» estará cerrado por el resto de la temporada.
Para deslizarse por «Verruckt«, las personas se tienen que sentar en botes de varios asientos. El bote primero baja por una cuesta empinada, luego remonta para después terminar con una caída de 15 metros (50 pies) en la piscina. Toda persona que entra a «Verruckt» debe de medir al menos 1,37 metros (54 pulgadas), y el peso máximo combinado para una balsa es entre 181 y 250 kilos (400 y 550 libras).
Antes de deslizarse por el juego, a las personas se les asegura con dos tirantes de nailon parecidos a los tirantes de seguridad de autos, uno los asegura a la altura de la cintura y el otro en el torso, como en un auto. El seguro de cada tirante es de material parecido al velcro, no una hebilla. Los pasajeros también se agarran a las cuerdas dentro del bote.
Ken Martin, asesor de seguridad de parques temáticos, con sede en Richmond, Virginia, se preguntó si es que los tirantes eran apropiados, sugiriendo que un sistema más seguro, que asegure todo el cuerpo, parecido a los que se usan en las montañas rusas, podría ser mejor.