Cinco hombres armados y vestidos con uniformes militares afganos secuestraron a un estadounidense y a un australiano en la capital de Afganistán, Kabul, dijo un funcionario de seguridad del país el lunes.
Los dos extranjeros fueron secuestrados de su vehículo mientras conducían por una carretera principal cerca de la Universidad Americana de Afganistán, apuntó Sediq Sediqqi, portavoz del Ministerio del Interior afgano. Se cree que son empleados del centro y que iban desde allí a su casa, agregó.
Ningún grupo reivindicó de inmediato la autoría del secuestro.
Según Sediqqi, reportes iniciales muestran que hasta cinco pistoleros detuvieron el auto de los extranjeros y perpetraron el secuestro. Las dos víctimas son hombres, dijo sin revelar más detalles salvo que hay una investigación en marcha.
La embajada de Estados Unidos en Kabul emitió un breve comunicado confirmando el secuestro de un ciudadano estadounidense pero no ofreció más detalles «por preocupaciones de privacidad».
«Funcionarios de seguridad de la embajada de Estados Unidos están trabajando estrechamente con la policía afgana y la AUAF para ayudar en la investigación del secuestro«, señaló la nota, que empleó las siglas en inglés AUAF para referirse a la Universidad Americana de Afganistán.
El Departamento de Asuntos Exteriores y Comercio de Australia confirmó «el aparente secuestro de un australiano en Kabul» en un comunicado.
«Por motivos de privacidad y seguridad no se realizarán más comentarios. Seguimos aconsejando a los australianos que no viajen a Afganistán por la situación de seguridad extremadamente peligrosa, que incluye la amenaza seria de un secuestro«, añadió.
Responsables de la universidad en Kabul no estuvieron disponibles de inmediato para realizar comentarios.
Los secuestros no son un fenómeno extraño en Afganistán. Otros tres extranjeros fueron capturados en Kabul el año pasado pero quedaron en libertad más tarde. Una de ellos era Judith D’Souza, una mujer india que fue liberada en julio tras estar retenida más de un mes.
Una mujer australiana, Kerry Jane Wilson, fue secuestrada en la ciudad oriental de Jalalabad en abril y se desconoce su paradero.
En todos los casos registrados en Kabul, incluido el del lunes, los secuestradores vestían uniformes militares, lo que establece un patrón y podría indicar la existencia de algún tipo de banda organizada, apuntó Sediqqi.
La mayoría de los miles de extranjeros que residen y trabajan en Kabul están confinados en sus embajadas o, en el caso de los empleados de Naciones Unidas u ONGs, en los complejos donde viven, con una libertad de movimientos muy limitada.
Los secuestros aumentan el riesgo para los pocos extranjeros, entre ellos periodistas, que se mueven con una relativa libertad por la capital afgana para trabajar.