Las autoridades belgas conocían al argelino que durante el fin de semana atacó a dos mujeres policía con un machete, pero solo por delitos menores, ninguno relacionado con el terrorismo, informó el lunes el secretario de Estado de Migración del país.
Theo Francken explicó que el agresor, identificado por medios belgas como Khaled Babouri, «no era conocido por motivos de terrorismo«.
En declaraciones a la emisora belga Radio 1, Francken apuntó que Babouri había sido «capturado en posesión de hachís y otras drogas y recibió una multa por intercambiar la tarjeta del autobús con su hermano».
El argelino, de 33 años y que hirió a las dos agentes ante la comisaría de la ciudad belga de Charleroi el sábado antes de ser abatido, vivía de forma irregular en el país. Se le había ordenado abandonar Bélgica en dos ocasiones pero no lo hizo.
Francken dijo que Bélgica no ha podido celebrar con Argelia un acuerdo similar al que tiene con Marruecos, que le permite repatriar a esa clase de gente.
«No tiene sentido atrapar a alguien si el país se niega una y otra vez a recibirlo», dijo el funcionario.
El ataque del sábado acrecentó las presiones sobre la policía belga, que está en alerta en la vigilancia de infraestructura y lugares de gran concentración como conciertos y eventos deportivos desde los ataques de noviembre pasado en París. Las fuerzas armadas también están en alerta.
Los sindicatos policiales belgas creen que se debe mejorar la seguridad en las comisarías. El sindicato del servicio público SLFP dijo que «es evidentemente decepcionante para la policía» que el nivel de alerta sea mayor para el público que para las autoridades encargadas de protegerlo.