Ronald Núñez, de origen nicaragüense y de aproximadamente 35 años, es buscado por las autoridades como sospechoso de asesinar a Meli Moreira Castillo, de 46 años, y María Elena Centeno Rugama, de 32, ambas nicaragüenses, luego que al parecer participaban en una noche de placer y sexo que organizó el prófugo en un hotel capitalino.
La alerta se dio a tempranas horas del jueves, cuando un conserje del Hotel Avenida Segunda, ubicado frente a la entrada del Barrio Chino en San José, alertó a las autoridades de la Fuerza Pública que había localizado a dos damas desnudas debajo de la cama del pequeño cuarto que alquiló el sospechoso en horas de la madrugada.
Según narró un testigo que cuida la cuadra donde se ubica el hotel, Núñez llegó con las dos mujeres a las 3 a.m., tocaron el timbre y preguntaron si había alguna habitación disponible. Yo llegué a ver si querían un cuarto y le avisé a Martín, el administrador, para que les abriera, las mujeres llegaron con él y pidió una habitación por tres horas, comentó el cuidacarros.
Agregó que los tres ingresaron al establecimiento como cualquier cliente y hasta ese momento no daban señas de lo que estaría por ocurrir, eso sí, se notaba que andaban en una noche de fiesta que terminarían en el pequeño y humilde cuarto que alquilaron por ¢12 mil.
En la recepción del hotel el nicaragüense le entregó un billete de ¢50 mil Martín, el administrador, para que le cobrara la habitación, pero no tenía cambio.
El hombre dejó a las damas en la recepción, se fue a la Soda Chelles (ubicada a 50 metros del hotel) y compró tres cervezas, cuando regresó ya venía con el efectivo, le dio una cerveza a cada acompañante y se metieron al cuarto, narró aún nervioso el cuidador.
Martín le pidió la identificación al sospechoso para registrarlo en la bitácora, que este tipo de negocio maneja por mandato de ley. Núñez presentó el pasaporte, cuyo número quedó registrado en el libro de ingresos. Hasta ese momento todo era normal, ya que a este hotel acostumbran ingresar parejas, tríos y hasta grupos más grandes en busca de privacidad luego de una noche de fiesta.
A las 6:30 a.m. Núñez tocó el timbre de la recepción, el administrador se levantó, le abrió el portón y notó que salía solo del establecimiento, pero pensó que las damas se habían quedado durmiendo y saldrían horas más tarde.
Una hora y media después, un misceláneo fue a la habitación para levantar a las mujeres y limpiar el cuarto, cuando ingresó no vio a las nicaragüenses y pensó que se habían marchado, pero cuando quitó el colchón para colocar una sábana se llevó el susto de su vida al ver a las dos féminas desnudas, una de ellas con la cortina del baño arrollada en el cuello. Estaban muertas.
En ese momento corrió a pedir ayuda, el cuidador al escuchar los gritos se dirigió al Parque Central de San José, donde alertó a dos oficiales de Fuerza Pública, los primeros en llegar a la escena.
Las dos mujeres se encuentran dentro de la habitación y debajo de una cama. Tenemos una descripción del sujeto, es nicaragüense y por esto hemos ordenado el cierre de todas las fronteras para que se revisen carros, buses y cualquier vehículo que pase por el lugar, declaró Gustavo Mata, Ministro de Seguridad.
Las autoridades recibieron información de que el sospechoso de asesinar a estas mujeres estaría planeando huir hacia su natal Nicaragua, pues trascendió que compró un tiquete de bus en su afán de salir del país para evadir a la justicia costarricense.
Los agentes Homicidios del Organismo de Investigación Judicial y personal de Medicatura Forense tomaron la escena y entre los elementos de prueba recolectaron latas de cerveza, dos bolsos con artículos personales de las mujeres, una ducha rota y una cortina de baño.
Además realizaron las pruebas de huellas dactilares en el lugar para contar con las pruebas que se presentarán al fiscal al que se asigne el caso. Con estos elementos recabados en el lugar podría establecerse que el nicaragüense ahorcó en la ducha del baño a una de las damas, que forcejeó con el sujeto antes de perder la vida.
La otra mujer también presentaba señales de ahorcamiento, aunque con las pruebas existentes hasta el momento no se puede determinar cómo Núñez logró dominar a las dos.
A ambas las hallaron debajo de la cama y una de ellas tenía la cortina del baño enrollada en el cuello. Los cadáveres no presentaban heridas de puñal, de bala o señales de haber sido golpeados.
Los familiares de ambas víctimas fueron alertados de lo ocurrido y ahora la investigación se centra en conjunto con el trabajo de la Fuerza Pública para establecer el paradero del supuesto homicida.