La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) exhortó este miércoles a Guatemala a implementar reformas de seguridad y anticorrupción en sus cárceles, tras el asesinato de 14 reclusos en julio.
«La Comisión Interamericana exhorta a las autoridades guatemaltecas para que adopten medidas apropiadas, entre ellas reformas estructurales, con el objetivo de prevenir este tipo de actos de violencia», señaló el ente en una nota.
Un enfrentamiento entre presos en la cárcel de Pavón, 17 km al sureste de la capital Ciudad de Guatemala, dejó 14 muertos: la mayoría de las víctimas fueron asesinadas a balazos, aunque había cuatro decapitados y un incinerado.
La masacre, atribuida a una supuesta pugna entre grupos por el control de la droga dentro de la cárcel, provocó la reubicación de cuatro presos y la destitución de la cúpula del Sistema Penitenciario de Guatemala, así como el jefe del penal Pavón.
La Comisión, con sede en Washington, instó a las autoridades guatemaltecas a investigar esas muertes «con la debida diligencia» para dar con los responsables. Pero el ente de derechos humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA)-resaltando hechos de violencia similares ocurridos en los últimos meses en otras cárceles de Guatemala– dio a entender que las muertes en Pavón no son un caso aislado y llamó a prevenir repeticiones.
Ya en enero, tras una riña que dejó ocho muertos en una cárcel, la CIDH había instado a reducir el hacinamiento en los penales y a explorar penas alternativas a la prisión preventiva.
El organismo resaltó este miércoles que es imprescindible que las autoridades desarmen a los presos y restrinjan la entrada de armas y «otros objetos ilícitos» a los penales.
La CIDH también llamó a combatir la corrupción en las instalaciones penitenciarias y prevenir el accionar de organizaciones delictivas dentro de los precintos. Guatemala vive una ola de violencia que deja unos 6.000 muertos al año, principalmente por la acción de «maras» o pandillas que se dedican al sicariato, la extorsión y el narcotráfico.
En el país, así como en los vecinos El Salvador y Honduras, los grupos criminales controlan barrios marginales y son frecuentes los enfrentamientos a muerte entre bandas rivales para dominar territorios.