Vio el cadáver y las autoridades dicen que las huellas digitales coinciden. Pero a Towhid Rouf le cuesta creer que ese hombre delgado, barbudo —muerto junto con otros ocho sospechosos de pertenecer a una agrupación insurgente islámica durante una redada de la policía de Bangladesh, sea su hijo, ese muchacho tan estudioso y educado.
Shazad Rouf Orko, quien alguna vez vivió en Estados Unidos y tenía pasaporte estadounidense, era un estudiante divertido, miembro de una familia con fuertes inclinaciones musicales que tocaba guitarra, según su padre. Desapareció este año y luego de muerto se encontró una grabación de audio en la que denunciaba a su familia como apóstata.
«Parte de mí dice que es mi hijo, otra parte dice que probablemente no», declaró Rouf el lunes desde Dhaka en una entrevista telefónica. «Algunas características encajan, pero no puedo imaginarme que sea mi hijo… que mi hijo pueda ser parte de esto».
Orko, quien tenía 24 años, y los otros sospechosos murieron el 26 de julio, cuando la policía irrumpió en un departamento en el barrio de Kalyanpur en Dhaka, la capital de Bangladesh. Un sospechoso fue capturado por la policía al tratar de escapar y estaba siendo atendido de heridas de bala.
El gobierno secular de Bangladesh ha intensificado su lucha contra los combatientes insurgentes luego de varios meses de ataques mortales a extranjeros, blogueros, ateos y minorías religiosas en esta nación de mayoría musulmana. El más grave se produjo el 1ro de julio, en que individuos armados mataron a 20 rehenes, incluidos 17 extranjeros, en un restaurante de Dhaka.
La agrupación Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad de los ataques, pero el gobierno del primer ministro jeque Hasina no aceptó esa declaración y cree que fueron obra de la organización local de muyahidines Jamatul de Bangladesh.
Orko desapareció en febrero, mientras cursaba el primer semestre de una maestría de administración de negocios en una universidad de Dhaka. Su padre hizo la denuncia ante la policía.
Rouf, quien suministra armas y otro equipo a las fuerzas de seguridad de Bangladesh, dijo que él y su esposa dieron a Orko y a sus dos hijas una educación liberal.
«Yo toco la batería, mi esposa era cantante, una hija mía aprendió bharat natyam (una danza clásica india) y la otra canta canciones bengalíes muy bien. Orko tocaba la guitarra tan bien que… No puedo creer que se haya unido a los insurgentes», dice el padre. «Me parece imposible».
Rouf vio el cadáver que se supone es de Orko en una morgue de Dhaka.
Las autoridades dijeron que las huellas dactilares de Orko coinciden con las de su tarjeta nacional de identidad, pero Rouf no identificó fuera de toda duda a su hijo. Las autoridades dicen que les harán un análisis de ADN a todos los sospechosos.
«Tengo razones para pensar que es mi hijo«, expresó Rouf. «Lo de las huellas dactilares es importante. Tal vez vaya a otro hospital para que las tomen de nuevo».
Rouf dijo que su hijo estaba legalmente en Estados Unidos y que lo hizo regresar a Bangladesh en el 2009, luego de que a su madre le diagnosticaron un cáncer.
«No puedo decirles en este momento cuál es su status en Estados Unidos. Pasaron siete años desde que se fue. Mis dos hijas viven allí, son gente progresista y viven en paz. No quiero comprometer las vidas de mis hijas».
La embajada de Estados Unidos en Dhaka no respondió a correos electrónicos preguntando por el status de Orko.
La militancia de Orko con los insurgentes fue confirmada por la policía, según el principal diario en inglés de Bangladesh, el Daily Star.
Los nueve presuntos insurgentes muertos dejaron mensajes grabados en el que exhortan a la gente a unirse a su causa y a establecer un califato.
Orko hablaba inglés y criticaba a su familia y a quienes «apoyan al jeque Hasina», así como a todo aquel que no apoya la ley islámica sharia, según el informe.
Decía que lo había dejado todo por la yihad y citaba un verso sagrado para justificar sus acciones: «Mates tú o te maten a ti, el paraíso es para nosotros».
«Ustedes apoyan al jeque Hasina, apoyan la democracia… Por eso no tengo problema en decir que en mi familia son todos murtads (apóstatas), todos kafirs (ateos). Arrepiéntanse antes de que sea demasiado tarde para que se salven».
«Recibimos instrucciones de Alá… los vamos a derrotar», expresó.