La inseguridad y el acoso de pandillas en diferentes sectores ha provocado que más de dos mil viviendas fueran abandonas por sus residentes, según un diagnostico realizado recientemente por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Ese informe fue entregado a las autoridades de seguridad del país y se desarrolló en los 50 municipios considerados de mayor peligrosidad, entre los que se encuentra La Perla de Oriente, dados sus indices delincuenciales.
El estudio indica que sólo en la colonia La Presita, ubicada al sur oriente de San Miguel, hay mil 92 casas en estado de abandono. Muchas de ellas están desmanteladas, es decir sin techos ni puertas, casi destruidas.
Se suman la colonia Ciudad Pacifica, Prados de San Miguel, Milagro de la Paz, Las Águilas, La Pradera y otras, en donde también hay familias que abandonaron sus viviendas por la violencia.
Nos causó mucha impresión saber la gran cantidad de viviendas abandonadas en La Presita y la Ciudad Pacifica, que son colonias muy grandes en la cabecera, externó Gersan Pérez, jefe de la delegación policial migueleña.
A pesar de la gran cantidad de casas en estado de abandono, las cuáles fueron dejadas por familias completas por temor al accionar de las pandillas, según comentaron vecinos que siguen en las zonas, la policía aseguró que no se trata de un éxodo.
Incluso, ni siquiera cuando hay colonias como La Presita, donde más de mil casas fueron abandonadas y quienes las habitaban, migraron para otras colonias consideradas más tranquilas en la cabecera o a otras ciudades donde la presencia de maras es menor.
Lo del éxodo lo reiteran quienes se han quedado viviendo en las zonas antes mencionadas y que sostienen no se van, por no tener hacía donde huir.
Pese a eso, el comisionado Pérez dijo que dos mil viviendas permanecen en abandono sin llegar esto a ser un éxodo, porque el abandono ha sido gradual y por algunas razones a veces se denuncia y a veces no.
Luego reitera que la principal causa de abandono es la situación delincuencial en las referidas zonas.
Las autoridades revelan que en algunos casos la salida de las familias de sus sitios de residencia tiene que ver con amenazas no sólo de las pandillas, sino también de la delincuencia común.
Incluso, hay algunos casos donde la falta de pago de viviendas originó el abandono.
No obstante unas 100 de estas dos mil residencias fueron o son usadas como casas destroyer por pandilleros, para pernoctar en algunos momentos.
Sobre eso, Pérez dijo que los informes de inteligencia nos indican que los pandilleros hoy usan muy poco las casas para esconderse, ahora andan en zonas boscosas, lomas, cerros para evitar allanamientos.
El abandono de viviendas no sólo se da en el casco urbano de la ciudad, el diagnóstico revela que sucede lo mismo en las familias de cantones como Miraflores, Hato Nuevo y El Tecomatal, donde la presencia de pandillas es alta y los homicidios han sido una constante en los últimos meses, incluso, con enfrentamientos con las autoridades de seguridad.