Más de 2.700 víctimas de tráfico de personas en América Latina, incluyendo adolescentes, fueron liberadas gracias a una amplia operación internacional, anunció el jueves Interpol.
Bautizado Operación Intercops-Spartacus III, el operativo, realizado en junio, se centró primero en tres aeropuertos, sospechosos de ser centros de tránsito para la trata de personas: los aeropuertos internacionales Ministro Pistarini (Ezeiza) en Buenos Aires, Guarulhos en Sao Paulo y El Dorado en Bogotá, dijo en un comunicado la organización con sede en Lyon (Francia).
El operativo, realizado en cooperación con 25 países, entre los cuales figuran Argentina, Perú, Bolivia, Brasil, Ecuador, Chile, Colombia o Venezuela, permitió el arresto de 134 personas y el desmantelamiento de siete redes de crimen organizado, añadió Interpol.
Entre las víctimas rescatadas figuran 27 adolescentes, que eran explotadas como prostitutas y mano de obra barata en diferentes países.
En Ecuador, varias chicas, que habían sido contactadas a través de las redes sociales, fueron secuestradas a la salida de sus escuelas, antes de ser drogadas y trasladadas fuera del país.
En Perú, en la ciudad minera de La Rinconada (sur), unos 900 policías formaron parte de un dispositivo para desmantelar una red de explotación sexual y de trabajos forzados. En total, 190 mujeres y 250 hombres fueron rescatados y cinco personas fueron arrestadas.
«Los efectos de esta operación internacional policial a gran escala van a ir mucho más allá de América, y pone en evidencia el valor de Interpol en ayudar a que la policía de los países de origen, de tránsito y de destino [del tráfico de personas] trabaje junta para enfrentarse a las redes de criminales detrás del trato de personas», declaró Tim Morris, director ejecutivo de Interpol para los servicios policiales, citado en el comunicado.
«Es sólo un ejemplo del trabajo de Interpol en la lucha contra el trato de personas que afecta a todas las regiones del mundo», ahondó Morris, añadiendo que la organización «garantiza que la policía tiene la preparación y las herramientas necesarias para identificar las rutas, detener a los criminales y rescatar a las víctimas«.
Esta amplia operación permitió desmantelar la red «Paniagua», en Colombia, donde cientos de mujeres y niñas fueron trasladadas de América Latina hasta China. La organización, dirigida por una mujer colombiana de 34 años y su hijo, prometía a sus víctimas una vida mejor en Guangzhou. Les proporcionaba documentación falsa, los pasajes y el alojamiento. Una vez instaladas en China, estas mujeres se convertían en esclavas sexuales.
En el dispositivo también resultó detenido el venezolano Johnny Eliexer Cordero Belisario, de 32 años, bajo notificación roja, buscado por la República Dominicana por delitos de trata de personas y explotación sexual. Es sospechoso de haber engañado a cientos de mujeres de Venezuela y Colombia para viajar hasta República Dominicana donde eran obligadas a prostituirse.