Al menos 14 personas murieron el lunes cuando un atacante suicida estrelló un coche lleno de explosivos en un punto de control al norte de Bagdad, según funcionarios iraquíes.
Nadie reclamó la autoría del ataque, similar a otros cometidos por el grupo extremista Estado Islámico. Desde finales del año pasado, el grupo ha sufrido una serie de derrotas en el campo de batalla, la última en Fallujah, de donde se vio expulsado el mes pasado por tropas iraquíes tras ocupar la ciudad por más de dos años. Pero los extremistas han continuado sus atentados casi diarios en Bagdad y alrededores, además de coordinar ataques complejos en otros países.
El ataque del lunes se produjo en uno de los bulliciosos accesos a la localidad de Khalis, unos 80 kilómetros (50 millas) al norte de Bagdad, indicó un agente de policía. La ciudad es un enclave chií rodeado de zonas suníes en la inestable provincia de Diyala.
Ocho policías y seis civiles murieron y hasta 41 personas resultaron heridas, indicaron los funcionarios, añadiendo que la explosión también dañó casi 20 autos que hacían fila en el punto de control.
Una fuente médica confirmó las cifras de bajas. Ambas fuentes hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a hablar con la prensa.
El grupo EI reclamó el domingo la autoría de un ataque suicida en un punto de control en Bagdad, que dejó otros 14 muertos y 31 heridos.
La milicia radical conserva el control de amplias zonas en el norte y oeste de Irak, incluida la segunda ciudad más grande del país, Mosul. Desde su rápida ofensiva de 2014, el grupo armado ha declarado un califato islámico en el territorio que controla en Irak y Siria.
El grupo miliciano suní redobló hace poco sus ataques lejos del frente, en lo que las autoridades iraquíes consideran como un intento de distraer la atención de sus derrotas en el campo de batalla.