Jill Harth demandó en 1997 a Donald Trump por acoso sexual e intento de violación y a casi 20 años de distancia corroboró sus testimonios en una entrevista para The Guardian, en la cual aseguró que el hoy candidato a la presidencia de Estados Unidos la arrinconó y la tocó de forma inapropiada en la residencia de Miami, Florida, del magnate.
La demanda salió a la luz pública luego de que Trump iniciara su campaña por la nominación a la candidatura presidencial del Partido Republicano, aunque Harth entonces rechazó varias propuestas para hablar del caso.
De oficio maquillista, Harth reveló que decidió romper su silencio debido a que sentía haber sido calificada de mentirosa, por lo que decidió reafirmar lo asentado en la demanda con la esperanza de que su victimario se disculpara con ella.
La historia:
Jill Harth y su pareja, George Houraney, conocieron a Trump en una presentación de negocios. La demanda explica que Trump se interesó de inmediato en ella y la sometió a una serie de acosos sexuales no correspondidos, que culminaron en el supuesto intento de violación cuando la maquillista y su pareja sentimental acudieron en 1993 a la residencia del magnate.
Me empujó contra el muro, y tocó con sus manos todo mi cuerpo y trató de alzarme el vestido dijo Harth.
Igualmente, acusó a Trump de llamarla constantemente para convencerla de que abandonara a su pareja.
Trump se defiende:
La campaña de Trump sostuvo que los argumentos de Harth no son consistentes y mostró correos electrónicos de enero pasado en los que la maquillista expresa sentimientos amigables hacia el magnate y en los cuales incluso le pide empleo.