La costa chilena se transformó una vez más en cementerio de ballenas con el hallazgo de unos 70 cuerpos en la sureña región de Aysén, una nueva varazón en la Patagonia que se suma a la de 330 cetáceos ubicados en 2015.
En un año marcado por las muertes masivas de distintas especies a lo largo de la extensa costa chilena sobre el océano Pacífico, las autoridades del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura de Chile (Sernapesca) confirmaron el hallazgo y anunciaron que se embarcarán en una exhaustiva investigación para determinar las causas de la muerte de los mamíferos.
Los animales fueron detectados a unas seis horas de navegación desde Puerto Chacabuco, región de Aysén, y por su tamaño se descartó que pertenezcan a la misma especie (Sei) de las más de 330 ballenas varadas el año pasado en un apartado fiordo del extremo sur chileno.
«Son más pequeños de lo que observamos la vez anterior, alrededor de 60 a 70 ejemplares, que están en un lugar bastante más accesible» que permitirá un proceso de inspección en los próximos días, dijo el director de Sernapesca, José Miguel Burgos.
La muerte dataría de más de dos meses, indicaron las autoridades.
Los cadáveres están «todavía enteros, por lo tanto estamos optimistas de poder realizar necropsias, la toma de muestras adecuada» para determinar las hipótesis a seguir.
En el deceso de las más de 330 ballenas, la precariedad de las muestras obtenidas por la antigüedad de los restos a la hora de su hallazgo, fue difícil determinar una causa exacta de muerte, siendo la presencia de biotoxinas (sustancias tóxicas producidas por algas) la causal más probable.
Ese varamiento, cuyas imágenes fueron descritas por testigos como «apocalípticas», provocó asombro en la comunidad científica internacional al ser uno de los más grandes en la historia reciente.
A su vez, Sernapesca detectó que decenas de esqueletos tenían una fecha de muerte más reciente que la mayoría de los ejemplares, por lo que se podría tratar de un fenómeno de ocurrencia periódica.
Las ballenas Sei se caracterizan por tener un cuerpo delgado y esbelto y pueden medir hasta 18 metros, siendo una de las familias de cetáceos menos conocidas y de cuya población en el hemisferio sur no hay estimaciones recientes.
– Determinar las causas –
El nuevo hallazgo está en una zona mucho más accesible, por lo que la posibilidad de que la actividad humana tenga que ver con las muertes es mayor.
«Lo primero que tenemos que abocarnos es si hay intervención humana o no», «determinar «si no son causas atribuibles al hombre», comentó Burgos.
Salmones asfixiados por una proliferación de algas nocivas (Bloom), mariscos muertos y varamientos masivos de sardinas y otros peces transformaron este año a los más de 4.000 kilómetros de costas chilenas en un cementerio de especies marinas.
Especialistas apuntan al Fenómeno climático de El Niño como posible causante de algunos de estos varamientos, pero no de todos, siendo en la mayoría de los casos imposible determinar a ciencia cierta los desencadenantes de este año fatal para el océano chileno.