El presidente de la Asociación de Profesores de Panamá, Diógenes Sánchez, advirtió la posibilidad de que la huelga de los educadores, que arriba a su tercera jornada, se declare indefinida.
En declaraciones al diario La Estrella de Panamá, el dirigente magisterial dijo que el contralor General de la Nación, Federico Humbert, se ofreció como mediador en el diálogo entre docentes y gobierno nacional, el cual fue roto el lunes a causa del paro laboral.
«La Contraloría juega un papel fiscalizador y en estos momentos no tiene sentido estar intimidando a nadie», expresó Sánchez en referencia a la solicitud realizada por la ministra de Educación Marcela Paredes, a que esta entidad gubernamental determine qué educadores faltaron a clases.
Paredes también instruyó a los directores a mantener las escuelas abiertas, solicitar a los educadores que asistan a clases y garantizar el uso efectivo del tiempo, en tanto pidió a los padres de familia enviar a sus hijos a los centros docentes.
Entre las demandas de los docentes sobresalen un aumento salarial y del presupuesto destinado a la educación, además de una enseñanza de calidad y equitativa.
Aunque en los últimos 15 años Panamá cuadriplicó los gastos educativos, la inversión pública en este sector es una de las más bajas de la región, y muestra de ello resultan el mal estado de algunos centros escolares, donde el 65 por ciento de las primarias son multigrados, y las más de mil aulas ranchos existentes en el país.
Sánchez advirtió que «nuestras acciones de fuerza se mantienen» y reiteró: «eso nadie lo levanta», no vamos a «cejar en nuestras aspiraciones por una educación pública, gratuita, obligatoria y de calidad»
La dirigente sindical Yadira Pino exclamó que el Gobierno proyecta multimillonarias obras y no se preocupó por cumplir el seis por ciento del Producto Interno Bruto de inversión en la Educación, como establece la Ley.
La movilización de los docentes el martes se desarrolló pacíficamente por el paseo marítimo de la capital panameña bajo el abrasador sol del mediodía, y finalizó a las puertas de la sede de la Contraloría, donde un grupo de dirigentes sindicales fueron recibidos por el contralor, Federico Humbert.