Un hombre que según las autoridades condujo un vehículo rentado desde Arizona hasta una localidad rural de Nevada y detonó un par de bombas frente a la casa de personas con las que había trabajado se suicidó de un disparo antes de los estallidos, según resultados de la autopsia difundidos el domingo.
La muerte de Glenn Franklin Jones, de 59 años, fue catalogada como un suicidio, dijo el forense del condado Clark, John Fudenberg, a The Associated Press.
El cuerpo de Jones quedó hecho pedazos debido a las explosiones en Panaca. Fudenberg dijo que fue identificado mediante las huellas dactilares.
No se ha revelado cuál habría sido el móvil. Las autoridades a nivel federal, estatal y local continúan las investigaciones sobre el tipo de detonadores utilizados para causar las poderosas explosiones del miércoles en la noche.
«Definitivamente él detonó los artefactos», dijo el jefe de la policía del condado Lincoln, Kerry Lee. «Desconocemos con qué lo hizo».
Una pistola semiautomática dañada fue encontrada entre los escombros después de los estallidos, y Lee señaló que las autoridades creen que Jones la utilizó para suicidarse.
Lee señaló que Tiffany Cluff, quien habitaba el lugar, y dos de sus hijas huyeron descalzas de la casa antes de la explosión. El esposo Joshua Cluff y otra hija no se encontraban en la vivienda a la hora de los hechos.
El jefe policial dijo que parientes y amigos han protegido a la familia, de cinco miembros, desde las explosiones. La familia Cluff no ha respondido a los mensajes que la AP le ha dejado para que haga declaraciones sobre el particular.
«Creo que estaba decidido a causar destrucción, no a matar», dijo Richard Katschke, quien vive cerca del lugar, en referencia a Jones, exenfermero que alguna vez cuidó a la madre de Katschke en el Centro Médico Grover C. Dils en la localidad vecina de Caliente.
Katschke y otro vecino, Dennis Sanders, dijeron que Jones conocía a la familia Cluff y les ayudó a construir la casa, que resultó terriblemente dañada.
La vivienda de los Cluff en Panaca quedó inhabitable, dijo Lee. El vehículo Ford Flex que Jones rentó para llegar hasta el lugar se destruyó.
El jefe policial dijo que en el lugar donde estaba estacionado el automóvil quedó un cráter de 90 centímetros (tres pies) de profundidad y de tres metros (10 pies) de diámetro, y que fragmentos de gran tamaño cayeron hasta 1.600 metros (una milla) de distancia.