El hermano de Qandeel Baloch, una modelo paquistaní muy popular en las redes sociales pero condenada por los estamentos más conservadores, aseguró este domingo que no está arrepentido de haberla matado por su «comportamiento intolerable«.
«Sí, por supuesto, la estrangulé«, dijo Muhammad Wasim a los medios en una rueda de prensa organizada por la policía en la ciudad de Multan, en la provincia de Punyab (sur).
«Estaba en la planta baja mientras nuestros padres dormían arriba. Eran las 22h45 cuando le di una pastilla y la maté«, explicó Wasim, que dijo haber actuado solo.
«Para nada estoy arrepentido de lo que hice«, aseguró y afirmó que su comportamiento era «completamente intolerable«.
Baloch, cuyo nombre real era Fauzia Azeem, fue asesinada el viernes por la noche en su casa de Multan. Su hermano fue detenido el sábado tras ser denunciado por su padre y el domingo compareció brevemente ante el tribunal al que tendrá que volver en audiencia el miércoles.
En Pakistán mueren cada año miles de mujeres en los llamados «crímenes de honor«. En muchos casos los culpables, que suelen ser familiares de las víctimas, quedan libres porque la legislación paquistaní permite que la familia perdone a los asesinos.
El asesinato ha conmocionado al país y el sábado tuvo lugar una vigilia en Lahore, mientras una petición pidiendo justicia ya ha reunido miles de firmas.
Por su parte el periódico Dawn, el más importante del país en lengua inglesa, pidió que la muerte de la joven sirva de «impulso» para legislar contra este tipo de crímenes.
Qandeel Baloch, de unos 20 años, tenía decenas de miles de seguidores en las redes sociales. En las fotos y videos que colgaba solía aparecer muy bien peinada y maquillada, posando de forma provocativa, unas imágenes que sus compatriotas más conservadores consideraban escandalosas.
Baloch, enterrada el domingo cerca de la casa de su familia, se hizo famosa entre otras cosas por haber prometido un estriptís ante la selección nacional de cricket o por llevar un ajustado vestido escarlata el día de San Valentín.
Una astuta ‘activista’
También se hizo un selfi junto a un conocido mulá, una imagen duramente condenada por el ministerio de Asuntos Religiosos del país. Tras esta polémica, Baloch dijo haber recibido amenazas de muerte pero aseguró que las autoridades ignoraron sus peticiones de protección.
Aunque algunos la consideraban como un equivalente en Pakistán de Kim Kardashian, otros creen que fue una activista que luchaba conscientemente por los derechos de las mujeres.
En su última publicación en Facebook, el 4 de julio, dijo querer cambiar «la típica mentalidad ortodoxa de la gente», y dio las gracias a sus seguidores por «comprender el mensaje que intento transmitir a través de mis mensajes y videos atrevidos».
«Qandeel fue una persona muy astuta que sabía que lo que hacía era algo más que ser la chica mala más querida de Pakistán«, dijo a l AFP la activista y periodista Aisha Sarawari.
Su asesinato «supone un nuevo retroceso para las mujeres de nuestra generación», lamentó.
Por su parte Benazir Jatoi, que trabaja para Aurat Foundation, una oenegé local que defiende los derechos legales y políticos de las mujeres, aseguró que «hay muchos culpables» de su muerte.
«Qandeel puso cara a muchas mujeres pakistaníes que mueren asesinadas por una sociedad que ha dado carta blanca a los hombres», denunció.