No resulta difícil encontrar la casa donde vivía José Alfredo V. L., alias «el Coche«, uno de los cabecillas que participaron en la masacre de 11 trabajadores en San Juan Opico, el pasado 3 de marzo.
La casa donde vivía este pandillero, que murió el pasado 14 de abril durante un enfrentamiento con la Policía en los Planes de Renderos, está situada al final de la calle La Granja, en la comunidad San Rafael 2, en los suburbios de Quezaltepeque.
«El Coche» tenía otros dos hermanos que también eran miembros de la pandilla 18 Revolucionarios.
De acuerdo con documentos judiciales, Ernesto (alias Pelo de Oro) y José Marcelino (el Barba), ahora de aproximadamente 32 y 39 años, son mayores en edad que José Alfredo.
Estos tres hermanos estuvieron procesados hace siete años, junto a 129 miembros de esa misma pandilla. Los enjuiciaron por agrupaciones ilícitas, extorsiones y varios asesinatos.
Por amor a la pandilla mataron a una hermana
Los tres hermanos hicieron de la pandilla 18 Revolucionarios algo más que su familia; incluso, pusieron los intereses de esa organización criminal por encima de los intereses familiares, según consta en la sentencia 158-C2-2009 del Tribunal de Sentencia de Santa Tecla.
En ese documento judicial consta que «el Coche«, quien entonces no tenía ningún mando en la pandilla 18 del caserío Santa Elena de Quezaltepeque, y sus dos hermanos dieron el aval para que asesinaran a una hermana de ellos, de nombre María Zoila L.
La razón para cometer ese crimen fue que la hermana se relacionaba con miembros de la mara Salvatrucha, lo cual era peligroso, pues, siendo hermana de tres miembros de la 18, podría entregar a cualquier miembro de esa agrupación.
Solo los tres hermanos pandilleros supieron la verdad sobre el asesinato de María Zoila, quien también era conocida por el apodo de Juilina.
Fue durante un mitin (reunión) que el mismo Coche ordenó que la vigilaran para comprobar que mantenía relaciones con salvatruchos.
Cuando lo comprobaron, hicieron otro mitin. El cabecilla en ese momento de la pandilla de ese sector era el Macuca (Mario Ernesto F. G). Este le dijo al el Coche que tenían que matarla; que sabía que sería duro para él, pero que si era dieciocho de corazón sabía que la pandilla era primero.
Al final, determinaron que los hermanos de María Zoila no participarían directamente en el crimen.
La mujer fue asesinada en la ribera de un río y, luego, la lanzaron al cauce. Su cuerpo fue encontrado días después.
Los tres hermanos pandilleros nunca dijeron nada a sus padres y a un hermano (el único que no era pandillero), a pesar de que los vieron angustiados mientras la buscaban por las zonas aledañas.