Las autoridades en Rumania detuvieron a 38 personas acusadas de secuestrar a personas vulnerables, incluidos niños, y de encadenarlos, alimentarles con sobras de comida y obligarles a hacer trabajos manuales o a pelear como entretenimiento durante un periodo de ocho años.
La agencia de lucha contra el crimen organizado informó el jueves que los individuos fueron interrogados durante la noche tras una redada el miércoles en las viviendas en un poblado montañoso.
Según las averiguaciones, hay 90 sospechosos, miembros de un extenso clan Roma, que explotaban a unas 65 personas que tenían defectos mentales o eran extremadamente pobres.
Los cautivos eran obligados a cortar leña, mendigar o cuidar a animales.
En la aldea de Gamacesti ardía la controversia el jueves entre los habitantes de la etnia Roma, enojados por los allanamientos y las acusaciones de maltratos.
Sobre las supuestas víctimas, muchos habitantes dijeron que se trataba de personas desamparadas a quienes se les dio albergue y comida en esa aldea de 1.000 habitantes.
Una mujer, que pidió no ser identificada, dijo a The Associated Press: «Se les dama comida, se les daba dinero, ellos no querían irse».
Pero el alcalde del pueblo de Berevoesti, que tiene jurisdicción sobre las aldeas locales incluyendo la de Gamacesti, dijo estar asombrado por los resultados de la pesquisa.
«Es algo aterrador», expresó el alcalde, Florin Bogdan Proca. «No sabía que había gente tan cruel en el 2016. No sabía que podía haber esclavitud en el 2016, gente confinada a la fuerza, maltratada». Dijo que ya desde el año pasado había avisado a las autoridades sobre sus sospechas.