La investigación sobre el violento choque frontal de dos trenes de pasajeros en el sur de Italia en el que fallecieron casi dos docenas de personas tendrá en cuenta mejoras ferroviarias que se habían demorado y el anticuado sistema telefónico de alertas, según indicaron las autoridades el miércoles.
Equipos de rescatistas emplean una grúa de grandes dimensiones y perros de búsqueda durante sus operaciones, que continuaron durante la noche y madrugada del miércoles, para retirar los restos de los dos convoyes que impactaron poco antes del mediodía del martes en un campo de olivos entre las localidades de Andria y Corato, en la región de Puglia.
La cifra oficial de muertos se mantuvo en 23, pero la prefecta de Barletta, Clara Minerva, dijo que las familias habían informado de otros cuatro desaparecidos y sugirió que sus cuerpos podrían seguir entre los restos del accidente, en especial en la zona donde se produjo el impacto más fuerte.
Tras visitar la zona del siniestro, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, dijo que se trataba de una tragedia «absurda» y prometió una investigación a fondo. El ministro de Transporte comparecerá ante el Parlamento más tarde el miércoles.
Líderes sindicales y policía ferroviaria achacaron el accidente a un error humano, destacando que la parte de la vía donde se produjo no tenía un sistema de aleta automático que se activaría si dos trenes estuvieran cerca. En su lugar, el sistema de alertas depende de que un jefe de estación llame a otro para avisar de la salida de un tren.
La falta de un sistema automatizado «fue probablemente una de las causas de esta desastrosa tragedia», indicó a RAI el vice ministro de Transportes, Riccardo Nencini.
El alcalde de Andria, Nicola Giorgino, dijo que el choque era especialmente trágico porque hace unos pocos meses habían comenzado las obras para construir una segunda vía en ese tramo. Medios italianos dijeron que las obras debían haber empezado hace años.
La demora en las obras de desdoblamiento se tendrá en cuenta en la investigación, indicó el fiscal de Trani, Francesco Giannella. «Investigaremos los retrasos de los trabajos en la línea y las deficiencias del sistema de seguridad», dijo Giannella en declaraciones citadas por la agencia de noticias ANSA.
Personal de Cruz Roja Italia acompañó a los familiares de las víctimas a la morgue en Bari, la capital de la región, para ayudar en la identificación de los cuerpos. El forense Francesco Nardelli dijo que los 23 cuerpos habían sido identificados, y señaló que en torno a la mitad de las víctimas eran jóvenes, según ANSA. El tren lo utilizaban sobre todo estudiantes y trabajadores en su recorrido rutinario.
Los pasajeros describieron cómo, en el momento del impacto, fueron arrastrados hacia adelante de forma violenta y luego intentaron liberarse del amasijo de metal, restos humanos y escombros bajo el abrasador sol del mediodía.
«No sé qué ocurrió, todo sucedió muy rápido, no sé», dijo una mujer, embarazada de ocho meses, a The Associated Press. «Vi a mi madre en el piso, a mi padre y a mi Hermana sangrando, no sé, no sé, no sé nada».
Una pareja mayor contó su experiencia a la televisora local Telesveva. El hombre, con la cabeza cubierta de gasas, dijo que quedó tendido sobre el suelo mientras que su esposa, todavía descalza, describió cómo se encontró con restos humanos al intentar ponerse a salvo.
«Lo saqué de debajo de los escombros, yo sola descalza, de debajo de los escombros y metal», explicó la mujer, que no fue identificada, a la cadena. «Fui hacia mi esposo gritando. Tiré de él por las piernas y los pies. Pasé por encima de restos humanos, muy triste. No pude hacer nada».
Los trenes eran operados por la empresa privada Ferrotramviaria, que conecta Bari con las ciudades al norte y el aeropuerto. La página web de Ferrotramviaria indica que tiene 21 trenes eléctricos, la mayoría con cuatro vagones cada uno.