Presuntos extorsionadores lanzaron el martes una granada a una escuela para niños menores de cinco años que detonó y provocó un forado en uno de los techos de las aulas aunque sin dejar heridos, informaron las autoridades.
«Hacemos la invocación a las personas que están haciendo esto, que por favor reconsideren y piensen que es un local escolar», dijo a periodistas el gerente educativo de la región La Libertad Rafael Moya.
Sin dar detalles, indicó que se trataría de extorsionadores que amenazan a una mujer que envía a su hijo a la escuela «Gotitas de Amor» ubicada en la zona Alto Trujillo, en una zona costera del norte de Perú.
Es la segunda vez que la mencionada escuela sufre un ataque. Un grupo de delincuentes prendió fuego a una de las aulas incendiando el mobiliario educativo en 2014.
Los pobladores se quejaron entonces que la policía nunca capturó a los culpables y pidieron que esta vez se descubra a los criminales.
Expertos indican que las denuncias por extorsiones en Perú no reflejan el fenómeno delictivo en su totalidad por el temor de las víctimas a denunciar ante la inoperancia policial.
Este tipo de delito empezó en el norte de Perú hace una décadas, donde se ha enraizado, y con el paso del tiempo se expandió a todo el país. Las víctimas son en su mayoría dueños de taxis, panaderías, restaurantes, y empresas de construcción.