Operación Mesoamérica todo un éxito, autoridades costarricenses revelan vulnerabilidad.
En una acción policial denominada por el fiscal General de la República de Costa Rica, como la más grande hasta ahora realizada en el continente, las autoridades llevaron a cabo la Operación Mesoamérica, que involucró a naciones como Panamá, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Estados Unidos.
Tras un trabajo conjunto detuvieron una red de crimen organizado dedicada a la trata y tráfico de personas en sus países.
En Costa Rica se detuvo a los dos cabecillas, de apellidos Santos y Arce encargados de recibir especialmente a los inmigrantes que en su mayoría son asiáticos y extracontinentales, principalmente de Pakistán, Afganistán, India, Nepal y Bangladés.
Los allanamientos se efectuaron en barrio La Julieta en Río Claro de Golfito y Peñas Blancas.
En la vivienda de Santos, alias Macho, se encontraron citaciones migratorias, un arma de fuego 9 mm, agendas que lo relacionan con la red, una buena cantidad de celulares y chips de líneas telefónicas, así como dinero en efectivo en dólares y colones.
Mientras que en la de Arce, había colones y de otras denominaciones. También se encontraban varios africanos, entre ellos un keniano al que iban a sacar del país.
La operación más importante que se ha realizado en el continente americano, contra la organización que opera en Mesoamérica y traslada migrantes de Asia y África a los migrantes les cobran sumas de hasta 25 mil dólares, explicó el fiscal General, Jorge Chavarría quien indicó que la denuncia inicial se dio en Guatemala y luego a través de la red de fiscales de Centroamérica se reunieron en San José y se elaboró la operación en conjunto.
Toda esta labor de inteligencia fue hecha en Costa Rica entre la Unidad de Investigaciones de la Policía Profesional de Migración y la Fiscalía de Tráfico y Trata, donde el fiscal Mauricio Boraschi, dejó ver como la ruta que utilizaban para traficar en cargamentos a estas personas nacía en África y Asia, luego los llevaban hasta Dubái, ingresaban a América por Brasil, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, México y Estados Unidos.
Para la directora a.i., de Migración, Gladys Jiménez, esto es un logro de las autoridades en pos de la detención de estas bandas. Sin embargo, a su vez, evidencia como la porosidad de nuestras fronteras, nos vuelve vulnerables para que cientos de migrantes crucen ilegalmente, paguen a los coyotes y el flagelo lejos de detenerse más bien aumente.