Una avioneta con matrícula de otra aeronave fue detenida en una pista privada ubicada en río Cañas de Belén, Guanacaste, provincia de Costa Rica, por oficiales de la Fuerza Pública cuando varios hombres bajaban 6 paquetes de cocaína.
La matrícula del motor N253 no le corresponde legalmente, pues pertenece a otra aeronave, North American AT-6, por lo que la policía presume que este tipo de aparatos está llegando a Costa Rica para que los alteran.
Fuentes confidenciales mencionaron a un diario nacional que la avioneta fue utilizado por la Fuerza Aérea de Estados Unidos para entrenamiento y su primer vuelo data en 1935 y lo retiraron en 1995; ahora son de colección, pero los narcotraficantes los compran baratos ($60 mil) para hacer sus vuelos.
Minutos antes de que la avioneta aterrizara estaban estacionados dos vehículos, un Toyota todoterreno y un Nissan carga liviana, que al parecer eran los encargados de llevarse la droga y dejarle al piloto dos pichingas con combustible.
Cuando los conductores se percataron de la presencia policial salieron a gran velocidad, sin embargo, no lograron escapar ya que el Toyota fue detenido a 1 kilómetro de la pista de aterrizaje y el Nissan lo abandonaron cerca.
El Hi Lux negro era conducido por un costarricense de apellido López, quien llevaba las maletas con 180 kilos de cocaína, mientras que en el Nissan no se ubicó nada, ya que sus dos ocupantes escaparon entre la oscuridad.
Según las autoridades los narcos ponen cualquier matrícula para que los entes encargados de la aviación no los molesten, por lo que este tipo de aviones nunca llega a un aeropuerto internacional y sólo aterriza en pistas clandestinas.
Gustavo Mata, ministro de Seguridad, dijo que la acción obedeció a una información que ingresó de manera confidencial.
En una rápida acción se vuelve a dar un nuevo golpe al narcotráfico, se logró decomisar droga, alrededor de $200 mil en efectivo que iban ocultos en uno de los compartimentos de la avioneta y dos vehículos que dejaron abandonados los sujetos, explicó.
Agentes de la Policía de Control de Droga se hicieron cargo del traslado de la cocaína, así como la custodia del estupefaciente y demás evidencia hallada.