La creciente población de iguana verde, una especie invasiva de Gran Caimán, alcanzó cifras tan alarmantes que el territorio británico en el Caribe lanzó un programa piloto para encontrar la mejor manera de reducir el número de estos reptiles, los cuales llegaron al lugar como mascotas que escaparon.
Fred Burton, administrador de la unidad de recursos terrestres del departamento ambiental de las Islas Caimán, dijo el miércoles que 18 cazadores utilizarán rifles de aire y perros entrenados para matar unas dos toneladas de iguana verde al día durante el estudio que tendrá un mes de duración.
Las autoridades utilizarán la cacería para obtener información del tipo de operación a gran escala que se necesita.
El alcance de la invasión en la isla de 35 kilómetros de longitud (22 millas) requerirá ese plan para derrotar a los reptiles, afirmó Burton. Se cree que la población de iguanas se duplica cada año y medio.
«Esperamos medio millón de ejemplares durante el próximo censo en agosto», dijo Burton a The Associated Press. «Las cifras están empeorando. Es un poco impactante, por decir lo menos».
Los especímenes adultos pueden llegar a medir más de un metro. Con un apetito voraz, los herbívoros están pasando una factura muy elevada a las plantas endémicas. Burton señaló que existe evidencia que sugiere que las iguanas verdes también están atacando los nidos de las aves.
«Si se permite que se expanda la población, podríamos ver un cambio total en el ecosistema», explicó.
Por el momento, las dos islas menores de las tres que componen el territorio cuentan con poblaciones más pequeñas de iguana verde. Gran Caimán, la isla principal, está sobrepoblada.
Poblaciones invasivas de iguana verde, que son originarias de Centro y Sudamérica, también son consideradas una plaga en lugares como Florida, Puerto Rico y otras islas de la región.