La policía británica dijo el viernes que una importante línea de investigación del asesinato de la parlamentaria Jo Cox es la conexión con el extremismo de derecha, tras el arresto de un hombre sospechoso de tener vínculos con grupos neonazis y un historial de enfermedades mentales.
Cox, partidaria de que Reino Unido permanezca en la UE, fue atacada a tiros y apuñalada el jueves en su circunscripción electoral en el norte de Inglaterra por un hombre que, según testigos, gritó «Gran Bretaña primero» (en inglés «Britain First», nombre también de un grupo de extrema derecha).
La muerte de la legisladora laborista de 41 años provocó conmoción en Reino Unido, donde la campaña para el referendo de la próxima semana se suspendió en señal de respeto.
La policía detuvo a un hombre de 52 años, que los medios identificaron como Thomas Mair, al que se le incautó un arma de fuego. Sus familiares dijeron que ha sufrido enfermedades siquiátricas.
Oficiales de contraterrorismo se involucraron en la investigación del ataque, que tuvo lugar cuando Cox llegó a una reunión con electores, dijo la policía.
«Somos conscientes de las especulaciones de la prensa sobre los vínculos del sospechoso con los servicios de salud mental y está claro que esa es una línea de investigación que estamos siguiendo», dijo en un comunicado Dee Collins, jefa de policía temporal de West Yorkshire.
«También estamos al tanto de las inferencias en la prensa de que el sospechoso estaba ligado al extremismo de derecha, que es también una línea prioritaria de investigación que nos ayudará a establecer los motivos del ataque a Jo», agregó la funcionaria.
La formación nacionalista Britain First negó tener lazos con Mair, pero un grupo de derechos civiles de Estados Unidos lo asoció con una organización neonazi.
En Birstall, una localidad por lo general tranquila de unos pocos miles de habitantes, personas conmocionadas y llorando depositaron flores en un monumento cercano al lugar del ataque. Un mensaje rezaba: «Los fascistas se alimentan del miedo».
«Un acto vil la ha matado», dijo el viernes el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, mientras colocaba flores en Birstall junto al primer ministro británico, el conservador David Cameron. «No vamos a permitir que esta gente que propaga odio e insidia divida a nuestra sociedad», añadió.
El asesinato provocó la suspensión de las campañas para el referendo al menos hasta el domingo. El tono del proceso había empeorado en los últimos días, con duras recriminaciones personales y tensos debates sobre asuntos como la inmigración y la economía.
Aunque los motivos del asesino no quedaron claros de inmediato, algunos analistas de mercados financieros sugirieron que la simpatía que irradiaba Cox podría impulsar a la campaña por la permanencia, que según los sondeos marcha por detrás de la opción de abandonar la UE.