El acelerado proceso de contaminación que afecta los espejos de agua de Guatemala los ponen en riesgo de desaparecer.
Semanas atrás salieron a la luz imágenes de las toneladas de basura que desembocan en el lago de Amatitlán, situación que ha puesto en alerta a las autoridades.
Sólo en este lago más de 7 mil metros cúbicos de basura fueron arrastrados en los últimos días, según el informe de La Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago de Amatitlán (Amsa).
Después del Lago de Amatitlán y el de Atitlán, el más contaminado es el de Izabal. Una investigación del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) da cuenta de los desechos y aguas servidas de 16 de los 19 municipios ubicados en su cuenca, van a parar a las aguas de este paraíso tropical.
Guatemala cuenta con 38 cuencas hidrográficas, 194 cuerpos de agua, divididos en siete lagos; 49 lagunas, 109 lagunetas, 19 lagunas costeras y tres lagunas temporales, según el MARN.
El 90 por ciento de los ríos están altamente contaminados por desechos sólidos, aguas servidas, aguas industriales, entre otros desechos.
Al menos 25 lagunas han desaparecido en el país en los últimos 80 años, debido al avance de la urbanización y la contaminación.
El Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) indicó que durante la época lluviosa los niveles de los ríos crecen y arrastran desechos que terminan en lagos y lagunas. Sólo el río Villa Lobos arrastra más de 250 toneladas de basura diariamente en época de lluvia.