El futuro de Héctor «El Güero» Palma, uno de los fundadores del cartel de Sinaloa a quien Estados Unidos devolvió a México tras cumplir parte de una condena por narcotráfico, estará marcado por dos crímenes ocurridos hace poco más de dos décadas.
Recluido en un penal de máxima seguridad, Palma está acusado de ordenar el asesinato en 1995 de un ex subdirector policial del estado occidental de Nayarit y a una persona que lo acompañaba, en una aparente represalia por haberlo traicionado, dijo el jueves a The Associated Press un funcionario federal con conocimiento del proceso contra el capo.
El ex mando policial supuestamente trabajaba al servicio del cartel de Sinaloa pero decidió colaborar con sus rivales, los hermanos Arellano Félix del cartel de Tijuana, añadió el funcionario quien comentó el caso bajo anonimato por no estar autorizado a hablar públicamente sobre el mismo.
La acusación impidió que Palma pudiera caminar como un hombre libre tras ser deportado el miércoles a México desde Estados Unidos. El capo fue trasladado por la noche al penal de máxima seguridad del Altiplano, el mismo del que en 2015 se fugó Joaquín «El Chapo» Guzmán, el hombre con el que fundó el cartel de Sinaloa.
Palma fue detenido en junio de 1995 en el oeste de México y en 2007 fue extraditado a Estados Unidos donde se declaró culpable y fue sentenciado a una pena de 16 años de prisión por transportar 50 kilos de cocaína.
Las autoridades de ese país dijeron que tras cumplir 85% de su pena y haber tenido buena conducta alcanzó los requisitos para poder salir de la prisión en la que estaba.